El saludo de mano entre los presidentes Barack Obama y Raúl Castro podría dar dolores de cabeza al primero en la política interna aún cuando se desconoce la razón real detrás de este gesto, consideró hoy la prensa estadunidense.
Para algunos medios, el saludo este lunes en los funerales de Nelson Mandela, en Sudáfrica, se convirtió en una innecesaria distracción durante la breve visita del mandatario, sumáda a la que se generó cuando Obama se tomó una foto con la ministra danesa y el inglés.
“Un saludo como el que Obama ofreció a Castro tiene el potencial de convertirse en un problema político para el presidente, como sucedió cuando saludó en 2009 a Hugo Chávez, el presidente socialista de Venezuela y que fue criticado por los republicanos”, recordó The New York Times.
El rotativo dijo que más allá de la imagen “la pregunta es si Obama trató de señalar un cambio de actitud saludando de mano a Castro”, al recordar el saludo de Obama con el presidente iraní Hassan Rouhani, meses antes del acuerdo inicial entre Estados Unidos e Irán sobre el programa nuclear de este último.
Por su parte, el diario USAToday dijo que las reacciones generadas por el saludo con Castro fueron tales que “llevaron a muchos a pensar sí se avecina un cambio” en las relaciones entre los dos otrora rivales de la guerra fría.
Hizo notar que el gesto empero “generó un torrente de ira” entre algunos segmentos de la comunidad cubano-estadunidense que se oponen a que Estados Unidos levante el embargo comercial que ha mantenido sobre Cuba durante más de medio siglo.
Para The Washington Post el saludo “resultó una distracción” innecesaria detrás del propósito del viaje.
“Mucha de la atención de la prensa se enfocó en los dos momentos fuera de guión, magnificados de manera correcta o errónea, por las interpretaciones dadas por los observadores políticos”, indicó el matutino capitalino.
La otra distracción fue la auto-fotografía -?selfie? en el argot de las redes sociales - que Obama se tomó con la Primera Ministra de Dinamarca Helle Thorning-Schmidt y el Primer Ministro de Gran Bretaña David Cameron.
El Post dijo que ese momento dio pie a un debate en las redes sociales “sobre la propiedad de un presidente de Estados Unidos para comportarse durante un funeral como un jovencito aburrido durante una asamblea escolar”.
Para el conservador The Washington Times este momento “podría dar a los críticos del presidente fresca munición para atacarlo”. Washington, (Notimex)