Que Xyachimal sea algo más que un recuerdo: Jaime Espitia

Por Roberto PELÁEZ

Jaime Espitia mira atrás y lamenta que después de 11 años de mostrar sus logros, conquistar lauros incluso a instancia nacional, el grupo de ballet folklórico Xyachimal desde hace meses se desintegró.

La compañía danzaria fue fundada por Priscilla Rocha, quien se encuentra bajo proceso judicial; la investigación de que ella es objeto trajo consigo la ocupación del vestuario de Xyachimal.

Bailarines de diferentes edades se fueron a otras compañías, sin embargo una cantidad considerable aun persiste en querer bailar folklor con Xyachimal, apunta Espitia, quien se suma al mencionado grupo en el 2003 precisamente como bailarín.

Entre los éxitos de Xyachimal, enfatiza, está el primer lugar nacional en un evento en el Palace Station; seis parejas bailaron una polska original de Durango.

Por el amor que siento por el ballet folklórico, el talento para diseñar vestuario, sé coser, además, mi madre es una costurera con mucha experiencia, pues asumí dentro de Xyachimal la responsabilidad del vestuario, es algo apasionante, acota.

Involucrado en el asunto judicial, en que aparece Rocha, Espitia apunta que el vestuario -de diferentes regiones de México- fue decomisado como parte del proceso investigativo.

Mucha gente, subraya, quisiera comenzar a bailar con Xyachimal mañana mismo, sin embargo el vestuario es algo capital; de los 32 estados de México ya habíamos confeccionado el vestuario de 25.

Disponíamos de unos 80 vestidos de mujer, una cifra similar de hombre, de niños, accesorios, telas, mesa de corte... oh, los trajes de Veracruz, qué belleza, y los de Oaxaca, comenta y mueve la cabeza de un lado a otro. Es triste, agrega.

Cuando entré a Xyachimal seríamos unos 25 bailarines, luego la cantidad aumentó a 60, después a 120 (niños, adolescentes, jóvenes y adultos), además formamos los grupos de padres, motivados más que todo por sus propios hijos, asevera. 

Y no solo se puede ver la parte cultural, su significado, precisa, también es válido ver la cantidad de niños lejos de las calles, de las pandillas, de las cosas mal hechas, de padres tranquilos dedicados a lo suyo sabiendo que sus hijos estaban en los ensayos, las clases, lejos de la televisión y el vídeo, ganando también en salud.

El ballet folklórico es algo muy ligado a la cultura, reitera, a nuestras raíces mexicanas; y en lo relacionado con Xyachimal habíamos montado cuadros de diferentes regiones, entre ellos sobresalían el de Nuevo León, Jalisco y Guerrero, que ojalá no se pierdan, pero ya con varios meses sin ensayar ni bailar, es difícil.

Un número considerable de personas quiere bailar, se ha platicado la posibilidad de fundar otro grupo, significa, con el objetivo de preservar la cultura; habíamos avanzado en los bailes propios de cada región, el vestuario, el tocado... ese mismo vestuario nos hace falta, ni pensar en comenzar de cero, es una labor que lleva tiempo, investigación, buscar aquí y allá, ser lo más representativo posible, es algo para respetar.

En Las Vegas, dice, hay cinco o seis compañías de ballet folklórico, con nivel, pero la ausencia de Xyachimal se hace sentir, ya pasaron más de mil bailarines por el grupo.

Xyachimal, añade, era -y es- un grupo fuerte, que no debe desaparecer; contábamos con bailarines experimentados... me resisto a creer que este nombre no sea más que un recuerdo, concluye.

 

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