Los últimos acontecimientos de Baltimore y otras ciudades donde se ha reportado brutalidad policíaca, ha generado un movimiento social sobre todo en la comunidad afroamericana que habla una vez más de discriminación en contra de su sector social y con ello demonizan al policía en general.
Difícil el papel del policía, tiene que ser fuerte y enérgico ante criminales, pero a la vez delicado en su trato, sin duda, debe haber algunos malos elementos de seguridad pública pero en mi opinión la gran mayoría son elementos de seguridad positivos que generan respeto y respetan, pero que deben y tienen que ser enérgicos con el enemigo número uno de la sociedad y vaya que abundan, los que roban, los que violan, los que defraudan, los que raptan, tantos casos que están hoy en la cárcel, pero muchos más que día a día cometen algún crimen que afecta a nuestras familias y al tejido social.
Comparto que aquí en los Estados Unidos, al policía se le respeta y el policía nos apoya día a día arriesgando su vida, por supuesto que es una obligación pero estas marchas y estos llamados tienen tinte político y solo dividen y desprestigian a la mayoría de los policías.
Derechos Humanos, las Organizaciones de Derechos Civiles, son una buena intención para proteger, pero en estos casos como en otros más parecen defender a los malos y los buenos elementos de la sociedad como la policía ahora tendrá que actuar con temor de ser culpables de detener a criminales con delicadeza o más parece que premian al malo.
Manuel Muñiz, Luis Téllez, José Montoya, son policías hispanos de Las Vegas, hay más que merecen el respeto y reconocimiento, no el castigo.
En Baltimore es lo mismo.
¡Ánimo!
