Por Roberto PELÁEZ
Invoco tu nombre Dios mío/Tu espíritu/ Lléname con tu presencia/Ven aliento de Dios/ Llena mi vida/Lléname con tu poder.
Alabanzas, oraciones, tiempo de meditaciones, conferencias, primaron en el Encuentro de Renovación Carismática Católica, efectuado el 25 y 26 de abril en el Cashman Center.
En esta oportunidad, bajo el lema “El amor de Dios uniendo familias”, centenares de personas se juntaron dos días para alabar al Señor, escuchar conferencias, en una especie de enseñaza básica, de católico a católico. El evento tuvo como objetivo fundamental acercar a la gente a su iglesia, y la doctrina a seguir. El encuentro, sin dudas, ofreció condiciones para dar una experiencia diferente, con el hilo conductor de la Virgen María y la familia.
Purísimo espíritu de Dios/Un maravilloso espíritu/Ven a mi ser/Gracias por el Don de la vida/ El dos de la fecundidad/ Gracias espíritu santo/Por el don de la familia.
Abraza a la mamá, a la abuela, a tu esposa, a tu esposo, a los hijos, al de al lado, al amigo, al vecino… brinda el amor que Dios te dio a toda la familia, a la familia de Cristo Jesús, instaron los conferencistas.
El Reverendo colombiano Mario Montoya, inició su conferencia el domingo 26 orando y pidiendo a Dios agilice el proceso de paz en Colombia, porque se resuelvan las difíciles situaciones en países como México… todos queremos a México, dijo, a eso nos enseñó la Virgen de Guadalupe, entonces queremos también la paz para el vecino país, afirmó. Invitó entonces a decir la oración dedicada a la Virgen María… el Señor es contigo y bendita tú eres entre todas las mujeres…
Le pedimos a la Virgen que interceda por los salvadoreños, los argentinos, los venezolanos, por América Latina, prosiguió.
Luego retomando el tema de la familia, apuntó, aquí van tres tips para tener una familia feliz: decisión, condición y bendición. Es común encontrar personas que dicen “que bonito habló el cura, pero no recuerdo qué dijo”, entonces hoy les pido que aprendan de estas conferencias, que presten atención, obtengan una enseñanza.
Y abriendo la Biblia, resaltó, falleció Moisés, quien dudó cuando llevaba al pueblo de Dios a la tierra prometida, y Dios escogió a Josué, y éste ya anciano dijo hay que tomar una decisión, decidan a quién van a servir, porque mi familia y yo servimos al Señor.
Es una manera de ser fieles, explicó Montoya, de renunciar a los ídolos, de actuar con sinceridad, de poner a un lado la idolatría… ¡Mi familia y yo servimos al Señor!
Hay momentos duros en la Biblia, subrayó el conferencista, recuerden que Jesús en un momento determinado, al ver que sus discípulos dudaban, leyó sus mentes y les conminó, si ustedes se quieren ir váyanse… es duro, reiteró; por eso hay que hacer una decisión.
Estos son tiempos en que debemos dejar a un lado la oración del becerro o del carnero, esa que dice: Señor salva-me, cura-me, bendice-me, ayúda-me. Pero, se preguntó, y nosotros qué damos, cómo servimos al Señor.
Ya que nos referimos a la familia, abundó, es bueno repasar el concepto de matrimonio, recordar que el hombre dejara padre y madre para unirse a su esposa y serán una sola carne. Pero en los tiempos en que se escribió la Biblia no había refrigeradora, la carne es fácil de corromperse, de oler mal, si no se le cuida, entonces un análisis permite afirmar que la palabra de Dios invita a cuidar el matrimonio, porque éste es algo frágil, débil, que es preciso CUIDAR, insistió.
Los tradicionales encuentros de renovación carismática registran un aumento de participantes y las últimas ediciones indican más de cinco mil asistentes.
