Por Joe MANDAK
El martes 8 comenzó la selección de jurados en el caso de un sacerdote católico estadounidense suspendido y acusado de tener relaciones sexuales con niños de la calle en Honduras durante sus viajes como misionero.
El reverendo Joseph Maurizio Jr., está en la cárcel desde hace un año, cuando los fiscales federales lo acusaron de abusar de un niño y poseer pornografía infantil. La acusación fue ampliada en abril para incluir abusos a otros dos niños y el envío ilegal por el sacerdote de 8.000 dólares a una organización caritativa para ayudarle en sus viajes, que finalizaron en 2009.
El cura de 70 años se ha declarado inocente de todos los cargos y conserva el apoyo de algunos parroquianos de Nuestra Señora Reina de Los Ángeles, la iglesia de la que fue párroco hasta su suspensión debido a los cargos.
El juez federal Kim Gibson debe fallar sobre dos aspectos cruciales antes de que comiencen las declaraciones de testigos el miércoles 9.
Los fiscales quieren presentar como testigo a una especialista que describa las consecuencias del abuso para los niños, para poder argumentar que las víctimas en el caso también las sufrieron. El juez ya falló que se puede convocar como testigo a un adulto que dijo haber sufrido abusos de Maurizio cuando era niño, aunque no es una de las tres presuntas víctimas en el caso.
Esa evidencia es pertinente porque demuestra “el interés persistente (de Maurizio) en actos sexuales con menores y el deseo aun presente de observar a otros en medio de conductas sexualmente explícitas”.
El abogado defensor Steven Passarello ha objetado el testimonio de la especialista porque no ha entrevistado a ninguna de las presuntas víctimas.
La acusación central contra Maurizio, de conducta sexual ilícita en el extranjero, se suele llamar turismo sexual por el hecho de viajar al extranjero para mantener relaciones sexuales con niños que están prohibidas en Estados Unidos.
También se le acusa de sacar dinero del país con el fin de promover una actividad ilegal.
Passarello alega que una organización caritativa rival, ProNiño USA, y ciertos ateos holandeses no identificados, sobornaron a niños pobres hondureños para que acusen al sacerdote.
ProNiño USA no ha respondido a pedidos reiterados de la Associated Press de declaraciones sobre los señalamientos del abogado defensor.
Se acusa a Maurizio de enviar 8.000 dólares en tres cuotas a ProNiño USA en 2007 y 2008 para financiar sus presuntos viajes sexuales. La organización de bien público no está acusada de delito alguno, y la instrucción de cargos no insinúa que sus directivos conocían los propósitos de los viajes del sacerdote.
Maurizio fue arrestado en septiembre del año pasado por agentes de Inmigración y Aduanas y permanece en la cárcel desde entonces.
Una denuncia penal, presentada en ese momento y con más detalles que la instrucción de cargos, alega que Maurizio dio caramelos y dinero a los niños a cambio de abusar de ellos, lo que incluye un acto sexual con un niño de 14 años en una capilla, o mirarlos mantener relaciones entre ellos. Estos presuntos actos sucedieron durante viajes misioneros de la organización caritativa del sacerdote a Honduras en 2009 y años anteriores. PITTSBURGH, Pennsylvania, EE.UU. (AP)