El siguiente texto fue escrito por Hillary R. Clinton y traducido por su equipo de campaña; es el primer artículo de su tipo escrito por la ex secretaria de estado; fue pensado para un periódico hispano y enviado a El Mundo.
Por Hillary CLINTON
Juan lanzó un pequeño negocio en Las Vegas y busca crecerlo. Betsaida está en camino de graduarse con las notas más altas de su clase y quiere ser doctora. Blanca se graduó de la Universidad de Nevada Las Vegas con dos bachilleratos y desea ir a la escuela de derecho. Estos son tres de los jóvenes talentosos que recientemente conocí en North Las Vegas, jóvenes que harían orgullosos a cualquier padre. También resultan ser “Soñadores”.
Como madre, abuela, y estadounidense, no sé como una persona podría conocer a estos jóvenes que han contribuido tanto a sus comunidades y representan tanto potencial para el futuro, y pensar amenazarlos a ellos y a sus familias con la deportación. Y aún esto es precisamente lo que casi cada candidato republicano presidencial haría. Y se niegan a plena y consistentemente apoyar un paso a la ciudadanía. No se engañen: cuando hablan de “estatus legal,” es código para “estatus de segunda clase”.
La personas que aman a este país, que trabajan duro, y que quieren nada más que una oportunidad para construir vidas mejores merecen más que eso.
El público estadounidense apoya a la reforma migratoria integral no solo porque es lo que se tiene que hacer -y lo es- pero porque reforzaría a familias, reforzaría a nuestra economía, y reforzaría a nuestro país. Esto es precisamente por qué no podemos seguir esperando por un camino a la ciudadanía completo y justo.
Esta no es una batalla nueva para mí -en el Senado, copatrociné la legislación de reforma migratoria integral de Ted Kennedy y el Dream Act en 2004- pero es más urgente que nunca, como los jóvenes que conocí en Las Vegas dejaron claro. Las personas de Nevada pueden contar conmigo para luchar por la reforma migratoria integral, como lo he hecho por años. Voy a defender contra los ataques partidistas que podrían poner Soñadores en riesgo de deportación. Y como presidenta, si el congreso se rehúsa a actuar, haré todo lo posible bajo la ley para ir más allá de lo que hay. Hay más personas que tienen fuertes lazos y servicio a la comunidad -como muchos padres de Soñadores- que merecen una oportunidad para quedarse. Lucharé por ellos también.
En actualidad, la ley permite la evaluación de casos compasivos, pero ahora muchos de estos casos no tienen una manera de obtener una audiencia judicial. Deberíamos poner en lugar una simple, sencilla, y accesible manera en la que los padres de Soñadores y otros con una historia de servicio y contribución a sus comunidades puedan hacer su caso y ser elegibles para la misma acción diferida que tienen sus hijos.
Pero esta idea es solo el principio. También necesitamos reformar la aplicación de leyes de inmigración y prácticas de detención para que sean más humanitarias, más dirigidas, y más efectivas. Y, por supuesto, tenemos que seguir creando la presión y el apoyo para la reforma integral.
Es difícil imaginar un reto más urgente o importante para tantas familias y comunidades a través de nuestro país que arreglar nuestro sistema migratorio. Esos jóvenes soñadores no tienen por qué vivir con el temor de que sus familias podrían ser separadas en cualquier momento. Como cada estadounidense, merecen la oportunidad de lograr el potencial que Dios les ha dado. Y como presidenta, lucharé por esto cada día.