El mundo entero rechaza las acciones terroristas, las condena, y por supuesto, adopta medidas para evitar ser víctima de ellas. Claro, Las Vegas no es la excepción.
Las torres gemelas en Nueva York, el maratón de Boston, el metro de Madrid, aquel avión, esta embajada... la lista es extensa y las estadísticas que recogen el número de víctimas cada año pasan de miles. Le corresponde al mundo, a las comunidades aquí y allá cerrar filas contra ese flagelo y su pesada carga de acciones abominables.
El pasado martes 10 se efectuó un foro en la Universidad de Nevada Las Vegas para analizar si la bien llamada ‘ciudad que no duerme’, la capital mundial del entretenimiento’, está lista para rechazar cualquier acción terrorista. La respuesta, de manera unánime, fue SÍ.
Que bueno saber que la gente que reside en Las Vegas, y los millones de personas que visitan esta ciudad, pueden estar tranquilos.
Dormir, llevar los hijos a la escuela, ir al trabajo, al cine, a un evento deportivo, comprar en las tiendas, ‘desconectados’, ajenos por completo a una acción terrorista, es algo a lo que tiene derecho todo ser humano, sin importar donde viva.
Lamentablemente no es así, en muchos lugares lo convulso es lo cotidiano; es preciso coincidir en que como está el mundo hoy, créalo o no, la tranquilidad es algo que no tiene precio. En el mundo de estos tiempos la tranquilidad es responsabilidad de todos, corresponde defenderla a como de lugar, sin escatimar, pues bajar la guardia, confiarse, pueden traer consigo un costo demasiado alto.
El mencionado foro, por supuesto, y más aun la respuesta de los panelistas, de muchos de los participantes, aporta un poco de tranquilidad a una ciudad que visitan entre 28 y 33 millones de personas cada año.
Las agencias del orden y nuestro centro de control de vigilancia son herramientas muy importantes para combatir a quienes se atrevan a realizar un acto violento en Las Vegas, afirmó Carolyn Goodman, alcaldesa de Las Vegas.
Sin embargo resulta de importancia capital dejar sentado que no sólo a los agentes del orden, al mencionado centro de control de vigilancia, debe limitarse el personal o la fuerza responsabilizada de seguir, desactivar, combatir, cualquier acción terrorista.
La convivencia comunitaria atenta a lo que ocurre en el barrio, en los negocios, estrechar relaciones con los vecinos, cerrar filas, aplicar la regla “si ves algo” “di algo”, resulta una fuerza colosal, inestimable, que de alguna forma envía un mensaje alto y claro: no puedes actuar por tu cuenta, sembrar el mal, el terror, el miedo, la muerte, porque nosotros estamos aquí.
Y es que a la comunidad le compete estar atenta, activa, presta a actuar cuando la situación lo exija. A los extremistas, a quienes no reparan en lo que vale la vida de un ser humano y con sus acciones terroristas pretenden sembrar el caos a su paso, urge decirles: cuidado, siempre hay un ojo que te ve.