En México se está exhibiendo una serie sobre narcotraficantes que tiene a todo mundo prendido al televisor (que entre paréntesis el gobierno mexicano regaló a los más necesitados, que son un chorro, más de dos millones de televisores digitales, ahora que toda la TV va a ser, o ya es digital), bueno pero volviendo a esta serie, producida en Colombia en sociedad con Televisa combinando actores mexicanos y colombianos, sobre la vida de varios de los principales narcos y de Amado Carrillo Fuentes, el que supuestamente murió en la mesa de operaciones al tratar de cambiarse el rostro.
Toda esta historia, déjeme decirle, a consecuencias de la muerte a manos de los narcos del agente norteamericano de la DEA, Enrique Camarena, causando que casi se obligara a México a dejar actuar en su territorio a dichos agentes. El caso es que la serie es producida a todo lujo, mostrando a los narcos rodeados de auténticas bellezas, las que incluso usan para producir la paquetería llena de drogas, que distribuyen libremente en una flota de aviones que se mueven libremente a través de México, Colombia y Venezuela.
La serie como dijimos, está hecha a todo lujo, y luego se ve que ahí no repararon en gastos ambas televisoras. El caso es que aparte de ser súper entretenidas y mejor actuadas, en las que también se le da un lugar al ‘Chapo’ Guzmán, lo triste de estas comedias, es que invitan a los jóvenes llamados “ninis”, que quiere decir que ni estudian, ni trabajan, a unirse a la vida “supuestamente” sofisticada de los narcos, en donde de acuerdo a esta serie, les espera solo bellas mujeres, drogas y una vida relajada a todo lujo a cambio de participar en el tráfico de drogas.
Por otro lado esta semana vimos un documental producido por una cadena México-estadounidense en la que los reporteros llegan hasta la hacienda del ‘Chapo’ Guzmán, situada en medio de la sierra sinaloense. En esa hacienda se ve efectivamente cierto lujo, pero nada del otro mundo, y los pistoleros que la vigilan no tienen nada de sofisticados y no aparece ninguna de esas chicas bellas. La que aparece como auténtica madre del ‘Chapo’ Guzmán es una señora gorda como las que se encuentra en cualquier mercado, la que en este documental exclama: “mi hijo no le hace mal a nadie, solo les vende a la gente lo que ésta quiere, no sé porque lo persiguen como perro del mal. Pero lo más interesante son los comentarios de los que hicieron este documental, quienes afirman: “Si nosotros pudimos llegar a la hacienda del ‘Chapo’, porque no lo hacen, tanto los agentes de la DEA, como la policía mexicana”. Obviamente que parece que políticamente a ningún país le conviene detener a todos estos narcos, hasta el momento propicio. Finalmente no solo eso, sino que el hijo de Pablo Escobar Gaviria, quizás el más grande de los narcotraficantes de todos los tiempos, también apareció en persona en la TV, afirmando que la vida de él y toda su familia había sido de lo más miserable, huyendo de un lado para otro rodeado de millones de dólares que nunca pudieron gastar.
VIAJE A MÉXICO CITY
Aprovechando que tuvimos de visita en San Miguelito a nuestra hija Evelén y a su esposo John, originario y fanático de los Buffalo Bills de Buffalo, al Norte de N.Y., pero ferviente admirador de México, en donde ya vivieron una temporada en San Miguel de Allende, y en donde nuestra hija, acostumbrada a la american “rat race”, no se acostumbró a la quietud de la vida provinciana, y simplemente se lo llevó de regreso a Las Vegas, a pesar de que a John le encantó la vida en México y sus costumbres, a las que se adoptó en menos que canta un gallo, y como se quedó picado, en este viaje lo llevamos a la Ciudad de México, en donde nos alojamos en nuestro hotel de costumbre, el Geneve, el cual, imagínese, fue inaugurado por el Gral. Porfirio Díaz en 1904, y al cual han llegado celebridades desde Gloria Swanson, Lupe Vélez, Rodolfo Valentino, Ethel y Leonel Barrymore y Charlie Chaplin, estrellas del cine mudo hasta héroes como Charles Lindbergh cuyas fotos están desplegadas en su lobby, al lado de una gran foto del Gral. Porfirio Díaz, junto con enseres y llaves de bronce de medio kilo de peso propias de esa época. Lobby convertido en elegante museo, el cual solo por eso vale la pena visitar este hotel, en donde también se muestran los menús de su restaurante en donde se pueden ver los precios de platillos de $5 pesos, escandalosos para esa época.
Igualmente aprovechamos para mostrarle a John el Centro Histórico y sus bellos edificios coloniales, ahora que varias de las calles como Francisco I. Madero, 5 de Mayo y varias otras, a las cuales se les ha cerrado el tráfico vehicular para favorecer el tráfico peatonal en donde igualmente circulan unas simpáticas bicicletas con lugar para tres personas que lo pueden llevar por todo el Centro Histórico, desde el Zócalo, la Catedral y el Palacio Nacional hasta el Eje Lázaro Cárdenas, que es donde termina el Centro Histórico. Aprovechando el viaje lo llevamos a comer al Café Tacuba, también de origen porfiriano, el cual sigue funcionando a todo vapor, pues hay que esperar un rato para obtener mesa, pero de veras vale la pena la espera, pues la comida, original mexicana es más que excelente. También es bueno agregar que la seguridad en la capital ha sido reforzada, pues nos dicen las lenguas de trapo, que el Regente Miguel Ángel Mancera, le tira a la Grande. También es bueno hacer notar que los autobuses de la línea ETN “Volvo” en que viajamos a la Capital, son presuntuosa y elegantemente de Primer Mundo, pues constan de dos pisos, según nos dijeron de origen sueco, pero armados en México.
No cabe duda que como hemos dicho antes, México está compuesto de muchos Méxicos, pues tiene lugares increíbles, envidiados hasta por el Primer Mundo, así como otros lugares en los que la miseria todavía existe. Sobre todo a la entrada a la Gran Ciudad. En resumen, nuestro yerno John se fue como siempre, encantado de la vida en México.
Finalmente es un crimen de todo el mundo llamado democrático, el silencio manifestado ante la injusta prisión de Leopoldo López a manos de la dictadura del aprendiz de gorila Nicolás Maduro en Venezuela, nos preguntamos para qué diablos sirve la OEA (Organización de Estados Americanos) o ultimadamente la misma ONU. La condena impuesta a este disidente es de lo más injusta.
Y sin otra cosa más por el momento, ya seguiremos... Corroborando.