Corroborando: “El Mundo” y el servicio consular

Antes que nada pedimos a nuestros lectores mil disculpas por la espantosa foto que nuestros “editores” decidieron colocar en nuestra anterior colaboración, a pesar de contar en la redacción con cientos de fotografías en las que aparece el llorado Eddie Escobedo, así como Eddie Junior, en los tantos y tantos eventos en que tomaron (tomamos) parte.

Volviendo a la historia del periódico “El Mundo”, en nuestra anterior colaboración no hubo espacio para escribir acerca de nuestra aventura en el Servicio Consular. Pues bien, hace muchas lunas, Eddie Escobedo y el que esto escribe empezamos a dar servicio en las oficinas de “El Mundo”, un poco por el afán de Escobedo de servir a la comunidad, y un poco para agenciarnos un poco de dinero para cubrir los crecientes gastos que el periódico significaba. De esa forma invitamos al Cónsul de San Bernardino, Condado al que pertenecía entonces Las Vegas, para venir a esta ciudad una vez al mes, para de esa forma regularizar los papeles que necesitaba la comunidad para arreglar su estatus migratorio, como son la Matrícula Consular, Cartillas Militares, certificación de Actas de Nacimiento, Cartillas Militares, etc., para lo cual, en casos de emergencia, el que esto escribe juntaba todos estos documentos y se iba al Consulado de San Bernardino, con cuyo personal ya habíamos trabado amistad, y el mismo día regresaba con todos estos papeles debidamente arreglados. Posteriormente se instaló una oficina con un Cónsul Honorario en el Centro Comunitario, localizado en la esquina de la Stewart y Mojave, y más tarde un Consulado oficial, pero lo que pocas personas saben, es que antes de instalarse el Consulado Mexicano en la parte más difícil de estacionarse en el centro de LV, Escobedo viajó a la Ciudad de México, cuando ya tenía influencia política y financiera, para ofrecer a la Secretaría de Relaciones Exteriores un terreno que tenía (o tiene) cerca de la Base Aérea de Nellis, con amplio lugar para estacionamiento, a cambio de un solo dólar, como un acto simbólico para que se pudiera decir que el gobierno mexicano lo había comprado, y ahí instalar el Consulado Mexicano. Pero sucedió que uno de esos patriotas de pacotilla, por cierto víctima del SIDA, boicoteó esta operación, dirigiéndose a la Sría. de Relaciones, bajo la consigna de que México no necesitaba de limosnas. Difícil de creer, pero así sucedió.

ANACRONISMO EN EL FUTBOL

Y cambiando de ritmo, siguiendo con lo que no debiera ser, pero está de moda. En la Copa Mundial que se está escenificando en Brasil salió a relucir una vez más lo anacrónico de las reglas con que se lleva este deporte, convertido ahora en un mega negocio, gracias a ser el más popular de la orbe y dirigido por los amos del dinero que hacen palidecer de envidia a los lobos de Wall Street, -el negocio del futbol mundial vale 210 mil 138 millones de dólares. Si fuera un país sería la economía número 45 del mundo, según datos de la revista Forbes - negándose por no sabemos qué razones a colocar este negocio -perdón deporte- a la altura de la era electrónica que estamos viviendo. 

Pero déjeme le explico.

En la inauguración de esta Copa Mundial, que atrajo la atención, no solo de los miles de espectadores que llenaron el estadio del país sede, sino los millones de televidentes de todo el mundo y que observaron el primer juego entre el país anfitrión, Brasil, equipo favorito para llevarse la codiciada Copa + que nada por su brillante historial, y su primer rival el equipo representante de Croacia, quien como se esperaba, fue vencido por Brasil, por tres goles a cero, uno de estos obsequiado descaradamente por el árbitro en forma de un penal que nunca existió, hecho que no pasó a mayores porque la escuadra de Brasil, mostrando su superioridad, anotó dos goles más, quedando por lo mismo, que el “regalo” del árbitro no influyó en el resultado.

Pero la cosa no termina ahí. En el segundo partido del mismo grupo en esta eliminatoria, entre los equipos representantes de México y Camerún se volvió a repetir este penoso incidente, al anularle descaradamente dos goles a la escuadra mexicana, en un fuera de lugar que nunca existió, y que afortunadamente, al anotar México un tercer gol, nuevamente el incidente no pasó a mayores, aunque sí perjudicó al equipo azteca en el llamado promedio de goles que lo afectó en la tabla de posiciones. 

Pero imagine usted, sobre todo si es aficionado a este deporte, qué hubiera pasado si Oribe Peralta no anota ese tercer gol, lo que provocaría que el resultado hubiera sido radicalmente distinto, o sea, el partido habría terminado empatado. O lo peor, si el quipo camerunés, de anotar un solo gol el resultado sería otro robo del siglo.

Lo anterior viene a colación, porque los directivos de este deporte solo se han preocupado en hacer millones y millones de dólares, pero nunca se han preocupado por poner este popular deporte a la altura de la era electrónica que estamos viviendo, alegando una anticuada tradición que ellos nunca han respetado, vaya un ejemplo, ¿sabía usted que las tarjetas amarillas y rojas, que han detenido las broncas descomunales que se armaban antes, apenas fueron introducidas, y a fuerza en los años70´s? 

Sin embargo, en esta era electrónica en la que bastaría suspender el juego solo unos instantes, ya que al ser monitoreadas todas las jugadas por un centenar de cámaras, en unos segundos se podría dar el fallo correcto, como se pudo demostrar en el juego entre México y Camerún, cuando de inmediato revelaron todas la cámaras que los goles de Giovanni Dos Santos habían sido perfectamente legales. 

Esto se podría lograr fácilmente al instalar una especie de I-Pods o minitabletas en forma de relojes en las muñecas de los árbitros, dándoles el resultado correcto al instante. Esta maniobra no tendría que ser en todo el encuentro, sino únicamente en los fallos difíciles y en casos en que estuviera envuelta la portería y el área penal, que es donde se originan estos fallos controvertidos. 

Solo hay que pensar que de haberse implementado antes este sistema, no existiría la famosa “Mano de Dios”, e incluso una Copa Mundial no se hubiera otorgado al país equivocado. A propósito de esto, parece que alguien por fin abrió los ojos y por primera vez la tecnología avaló un gol dentro de la Copa Mundial. El “Ojo de Halcón”, un dispositivo dentro del balón demostró que un gol no era bueno dentro del juego Brasil-México, y estas mismas cámaras dieron por bueno el segundo tanto de Karim Benzema en el juego Francia-Honduras. El tema generó en twitter 7 mil 500 menciones. 

Otra cosa, sabía usted que la mentada Copa solo se la prestan estos rivales al ganador por cuatro años, pues para conservarla tiene que ganar cinco campeonatos. Lo cual está en chino.

Y como otra vez se nos acabó el espacio... ya seguiremos Corroborando.

Nota del editor

Por atención a los posibles lectores que estén preocupados por la “espantosa” foto publicada en la anterior columna Corroborando de junio 14 aclaramos: Es una foto adecuada para el contenido de esa columna (aparecen los dueños del periódico y sus colaboradores). Es una foto de archivo que muy probablemente se publicó en El Mundo cuando el mismo autor de Corroborando era editor.

 

Top