Desde que Elon Musk compró Twitter, hace dos años, la red social ha sufrido muchos cambios, entre otros ser rebautizada como X, principalmente una polarización que ha repelido tanto a usuarios como a anunciantes, y máxime tras el acercamiento e identificación entre el hombre más rico del mundo y Donald Trump.
El relativo desprestigio de X, antes Twitter, ha sido usado por el gigante Meta para lanzar el año pasado Threads y otras redes del mismo estilo como Bluesky y Mastodon están aprovechando para conseguir más popularidad.
Tras las elecciones presidenciales de EE. UU. de este mes, Bluesky dijo que ganó más de 700 mil nuevos usuarios, alcanzando más de 14,5 millones de usuarios a nivel mundial; Mastodon pasó de 3,5 millones de usuarios en noviembre de 2022 a casi 9 millones este mes; mientras que Threads anunció que ha alcanzado los 275 millones de usuarios mensuales en octubre.
Pese a las muchas opciones que calcan el funcionamiento de Twitter, todavía no hay un sucesor claro de la aplicación del pájaro azul -logo que también se eliminó tras la adquisición de Musk-.
El éxodo de anunciantes y usuarios de X
El plan de Musk era convertir su red en una “app para todo” parecida a la china WeChat, una aplicación propiedad del gigante Tencent que nació como un servicio de mensajería y que se ha ampliado hasta convertirse en básica para muchas tareas esenciales en el país asiático. Ese plan está todavía muy lejos de concretarse.
X, a día de hoy, cuenta con una gran deuda y, desde que Musk se hizo con ella, ha visto caer sus ingresos por falta de empresas que se quieran publicitar en X.
Hasta tal punto que la compañía dijo el año pasado que su valor había caído más de la mitad, unos 19.000 millones de dólares. Musk pagó 44 mil millones de dólares por hacerse con la red social.
La red social también ha perdido usuarios, sobre todo desde que Musk se convirtió en un portavoz del presidente electo Donald Trump durante su campaña este año. Algunos de los ejemplos más notorios de la salida de X en los dos últimos años son la retirada de la actriz Jamie Lee Curtis o de las cuentas de noticias oficiales del medio británico The Guardian, la radio pública estadounidense NPR o el diario español La Vanguardia.
No obstante, la plataforma sigue teniendo un gran número de usuarios y, según la web de rastreo exploding topics, en abril de 2024 X contaba con unos 611 millones de usuarios activos cada mes. Además, sigue siendo la red preferida de comunicación institucional y de la mayoría de medios de comunicación.
X no ha indicado cifras sobre cuántas personas abandonaron la plataforma recientemente, pero indicó “X dominó la conversación mundial sobre las elecciones estadounidenses y alcanzó máximos históricos”, con 942 millones de publicaciones a nivel mundial.
La lucha entre las nuevas redes
Según datos de Similarweb, que rastrea las estadísticas de las redes sociales, el tráfico diario a Bluesky superó al de Threads el 6 de noviembre.
Bluesky es actualmente la aplicación gratuita número uno en la App Store de Apple y en segundo la de Threads: mientras que en Play Store la descarga más popular es la Bluesky y en cuarto lugar está Threads.
Mientras que Threads fue un intento de Mark Zuckerberg de ofrecer un espacio alternativo de microblogging de Musk, Bluesky fue respaldado originalmente por el cofundador de Twitter, Jack Dorsey, quien en 2019 anunció su intención de financiar una nueva forma de redes sociales “descentralizada” que no estuviera controlada por ninguna empresa.
Jay Graber fue el encargado de liderar el proyecto, que se lanzó como una aplicación a la que solo se podía acceder con invitación, pero que ahora ya está abierta al público.
No todas las alternativas a Twitter han sido un éxito, Pebble (antes T2) cerró este octubre y en abril el fundador Post News, Noam Bardin, dijo que la aplicación no crecía lo suficientemente rápido “como para convertirse en un negocio real o una plataforma importante”. Nueva York (EFE)