Jóvenes desarrolladores cubanos crearon una microcomputadora artesanal con componentes reutilizables, la llamaron LombAD Box, un dispositivo que podría abaratar los costos de importación y contribuir al ansiado deseo de informatizar la sociedad.
LombAD Box es la primera microcomputadora que nace en una empresa privada en la Isla. La tarjeta madre es importada, pero le agregaron circuitos alternos para ejecutar el comportamiento que sus creadores buscaban.
Sputnik conversó con Mario Lombao, fundador de Lombao Estudios (que se dedica al desarrollo de software en Cuba) y uno de los creadores de esta microcomputadora cubana.
Al trazarse la meta de crear un dispositivo de este tipo en la Isla, Lombao sabía que las limitaciones iban a llover, pero el deseo de hacer algo propio era más fuerte. Así comenzaron la importación de las placas madres de Raspberry Pi que el equipo financió trabajando para otros proyectos de desarrollo.
"Nos era más fácil importar la Raspberry Pi que ya trae bastante componentes y a los que añadimos otros nuevos", explicó Lombao. Esta funciona como núcleo y contiene otros circuitos diseñados por Lombao Estudios de forma artesanal.
Pero según destacó Lombao, el éxito de la microcomputadora es el sistema operativo que al tener el dominio absoluto sobre el rendimiento del dispositivo puede adaptarse a diferentes modelos de negocio, identificados para el ámbito comercial de la Isla.
La carcasa del dispositivo tiene una forma triangular y fue diseñada en su totalidad por Lombao Estudios. "Como el objetivo inicial era reproducir contenidos, se eligió este diseño porque representa movimiento y reproducción", según explicó su creador.
El sistema operativo LombAD Pro también fue creado por los emprendedores y garantiza que el hardware sea explotado a su máxima capacidad, lo que hace que sea competitivo en el mercado cubano.
Cómo surge LombAD Box
En el caso de Lombao Estudios, la idea surgió a partir de una oportunidad de negocio. Estos desarrolladores tenían la meta de crear una plataforma que permitiera ubicar, en distintos negocios de La Habana, una especie de reproductor de publicidad en pequeños fragmentos de una imagen televisiva.
"Como las limitaciones tecnológicas eran tan elevadas, tuvimos que reutilizar los componentes, ya que no teníamos la posibilidad de importar televisores ni elementos específicos para las necesidades de cada negocio, así que tuvimos que crear un dispositivo que se adecuara a todas las necesidades", contó el programador.
Sobre todo, el objetivo era disminuir costos de fabricación. En el curso de un año y medio, Lombao Estudios ha logrado producir unas 20 microcomputadoras que se encuentran instaladas en 12 negocios de La Habana.
Un emprendimiento, una misión social
Luego de concretado el "invento cubano" de las microcomputadoras, estos jóvenes emprendedores se percataron de que su proyecto podía tener un mayor alcance.
"Al ser una microcomputadora se puede utilizar en los colegios de la Isla, lo que representa un bajo costo para el Gobierno. También puede servir para informatizar los sistemas primarios de salud, como consultorios médicos de familia y policlínicos, que todavía utilizan cadetes para enviar resultados de laboratorio, entre otras aplicaciones", comentó Lombao.
En la actualidad muchos hospitales cubanos han logrado, con el uso de la tecnología, un ahorro considerable en los exámenes de rayos X, ya que prescinden de la impresión en una placa y comparten la imagen a través de una red con médicos y especialistas. Pero todavía la mayoría de los centros médicos del país carecen de este tipo de aplicaciones por falta de infraestructura.
Ahí es donde apuntan estos emprendedores con la producción de microcomputadoras artesanales, ya que "siempre será más económico importar componentes que productos terminados", destacó su creador.
El sistema operativo y la interfaz que utiliza la microcomputadora fueron diseñados en su totalidad por Lombao Estudios
Cuánto cuesta producir una Lombad Box
La microcomputadora de Lombao Estudios tiene un costo artesanal de 80 cuc (poco más de 85 dólares). Pero en una escala industrial esta cifra podría disminuir a la mitad, según aseguró su creador.
"Nosotros hacemos la carcasa en una impresora 3D con materiales importados que encarecen la producción, pero si logramos pasar a una inyección de molde sería más económico. También hay costos tanto de elementos técnicos como de tiempo, hay circuitos que demoramos semanas en terminar porque el hecho de que son componentes reciclados", explicó.
Para ello es indispensable un apoyo del Gobierno cubano, que todavía mantiene en pausa la licencia de "programador de equipos de cómputo".
"Nosotros apostamos por el apoyo gubernamental, sobre todo por las políticas de importación del país que comprenden una entidad mediadora del Estado (…) Hemos enviado información sobre nuestro emprendimiento al ministerio de Informática y Comunicaciones”, detalló Mario Lombao.
El grupo de jóvenes emprendedores buscó “también a la Unión de Informáticos de Cuba, pero hasta ahora sólo sabemos que están buscando cómo cooperar", dijo Lombao.
No obstante, este joven cubano no pierde las esperanzas de que su emprendimiento se convierta en algo útil para la sociedad, que aparezca en una escuela o un centro médico, porque "lo que están viendo es la punta del iceberg que nos imaginamos", concluyó. La Habana (NOTIMEX)