La era de los vehículos eléctricos empieza a despuntar y Estados Unidos planea instalar una estación de recarga para vehículos eléctricos cada 80 kilómetros en 48 carreteras interestatales.
La medida ayudará a los conductores amantes de estos vehículos ecológicos a que pierdan el miedo a quedarse sin energía a medio camino.
La administración del presidente estadunidense Barack Obama planea convertir casi cinco docenas de carreteras interestatales, que suman unos 40 mil kilómetros, en lo que denomina "corredores nacionales de recarga para vehículos eléctricos", destacó la Casa Blanca.
Los conductores podrán encontrarse con estaciones de carga cada 80 kilómetros, ya que contarán con señales estandarizadas diseñadas por la Administración Federal de Autopistas de Estados Unidos para ubicarlas.
Una red de carga amplia y completa será vital para el éxito de los coches eléctricos, ya que su autonomía actual apenas supera los 480 kilómetros, y según las previsiones sólo ascenderá hasta los 640 kilómetros durante los próximos años.
Hasta el momento no se ha dado una fecha precisa de cuándo se instalarán dichas estaciones de recarga.
Pero sí se hace hincapié en el hecho de que los estados, las energéticas y los fabricantes automovilísticos son presionados para que suceda cuanto antes.
Varios estados también se han comprometido a ampliar sus flotas de vehículos eléctricos como parte del nuevo plan.
Mientras esto sucede, sólo queda el consuelo de que los vehículos convencionales en Estados Unidos tienen una mayor eficiencia de combustible que nunca.
El consumo de combustible medio de los nuevos vehículos estadunidenses descendió desde los 9.7 litros por cada 100 kilómetros hasta los 9.5 litros por 100 kilómetros en 2015, según la Agencia de Protección del Medio Ambiente.
Aún así, la cifra se queda corta para cumplir con los objetivos propuestos, que se fijaron en 7.3 litros por cada 100 kilómetros para los vehículos de 2017 y los 4.3 litros por cada 100 kilómetros para 2025.
Un problema que no ayuda es el hecho de que a los estadunidenses les encanta comprar camionetas en lugar de coches compactos.
Los fabricantes hacen lo posible por impulsar su economía de combustible, pero resulta difícil lograr que un monstruo sobredimensionado beba delicadamente el combustible a sorbitos, indicó MIT Technology Review. Washington (NOTIMEX)
