Para incrementar la calidad de vida de las personas y disminuir, en medida de lo posible, las secuelas del cáncer, diversos sectores han impulsado el uso de tecnologías que están revolucionando la detección y el tratamiento de la enfermedad.
La Asociación Mexicana de Industrias Innovadores de Dispositivos Médicos señaló que una de estas tecnologías es un brasier que integra al menos 200 pequeños biosensores de inteligencia artificial, que una vez que tienen contacto con el pecho miden el comportamiento de la sangre y cómo ésta atraviesa el tejido mamario.
Dicha innovación debe ser utilizada entre 60 y 70 minutos continuos una vez a la semana, para enviar los datos a la aplicación móvil o al oncólogo que lleve el tratamiento. De esta manera, se obtiene un diagnóstico más preciso que con la autoexploración.
Otra de las aportaciones de la década se desarrolló en la Universidad Rovira i Virgili de Cataluña, en España, la cual consiste en un dispositivo portátil que permite hacer un seguimiento del cáncer de forma rápida y poco agresiva a través de una muestra de sangre.
El aparato cuantifica, de una en una y en tiempo real, el número de células tumorales que hay en una muestra de sangre, lo que mejora el seguimiento que se hace a las personas con esta enfermedad, en particular de aquellos que tienen metástasis.
Finalmente, destaca un bisturí que permite distinguir los tejidos cancerígenos durante la propia cirugía. El instrumento comunica al instante qué tejidos cortar, lo que supone un adelanto en la tecnología de intervención quirúrgica.
El bisturí, creado por científicos del Imperial College London, en Reino Unido, emplea un sistema de electrocirugía que calienta el tejido al mismo tiempo que lo secciona con la máxima precisión. México (NOTIMEX)