Por Roberto PELÁEZ
Las cifras de incidencias y tragedias que lamentar están muy por debajo de las de años precedentes, sin embargo el accionar para prevenir ahogamientos es una tarea que no admite espera, en tal sentido nada debe ser postergable, deja sentado Baldemar González, quien pertenece a la Coalición Preventiva de Ahogamiento Infantil del Sur de Nevada (SNCDPC, por sus siglas en inglés).
Echemos un vistazo a las estadísticas: por esta fecha en el 2014 habían tenido lugar 34 incidencias, de ellas el 26 por ciento en piscinas públicas; en el 2015 se registraban 44, con el 34 por ciento, y los datos de este año consideran 25, con el 26 por ciento. Hay cierta mejoría, apunta González, sin embargo no estamos conformes. Vale apuntar que hasta mayo 10 teníamos 10 incidencias y en dos meses el número es de 25.
Pero... en qué se traduce la inconformidad. El entrevistado asevera: Los miembros de la Coalición continuamos con una labor más que todo de prevención, de informar una y otra vez, de exigir se cumplan las medidas de seguridad, insistimos en que sólo un segundo en que nos descuidemos puede ser fatal, resalta.
Desde hace años se imprimen folletos con medidas instructivas, señala el entrevistado, hablamos del ABCD, queremos que donde quiera que haya una piscina, no es que no se use, pero se deben cumplir cada una de las medidas de seguridad, velar por ellas, no descuidarse ni un instante, insiste.
No se resuelve con decir: la casa que compré no tiene albercas, o ya enseñé a mis hijos a nadar -lo que es muy bueno-, como mismo nos reunimos para ver en familia o entre amigos un partido de futbol o una pelea de ‘Canelo’ Álvarez, debemos juntarnos alrededor de la piscina y atender a los pequeños, no quitarles ni por un momento la vista de encima, enfatiza.
Hablamos una y otra vez, puntualiza, de que el 20 por ciento de las personas víctimas de incidencias en albercas, pueden sufrir discapacidad neurológica, o sea, eso puede ser una de las secuelas del accidente... siempre va a ser mejor, destaca, precaver, reparar en las medidas, entender que se puede perder la vida en un segundo, en una cantidad pequeña de agua, eso no se puede perder de vista.
Al referirse a los ahogamientos fatales, por año, González subraya: en el 2014 tuvimos dos, el año pasado la cifra se elevó a nueve, y ahorita contemplamos tres.
Sobre las fatalidades comprendidas en personas de cero a cuatro años las cifras se comportan de la siguiente manera: una (2014), ocho (2015) y dos (2016). Por mucho tiempo una cifra considerable de hispanos estuvo involucrada en incidencias y tragedias, ahorita ellos son de los menos afectados, pero no pueden confiarse, en la confianza está el peligro.
Es bueno conocer las estadísticas, externa, comparar, saber en qué dirección debemos trabajar, reiterar, sin embargo lo mejor es ganar en conciencia, estar informado, y prevenir incidencias, cumplir lo que establecido para evitar lamentos.
