Los latinos y las personas de color que se contagiaron con la covid-19 experimentaron mayores efectos secundarios en su salud e índices de pérdida de trabajo que las personas blancas infectadas de manera similar, encontró una investigación revelada este miércoles por la Universidad de California Los Ángeles (UCLA).
El estudio Inspire, que agrupó a investigadores de ocho centros médicos universitarios, incluido UCLA, siguió el estado de salud de 2.402 personas que se contagiaron con el virus por primera vez entre 2020 y 2022.
La investigación arrojó que los participantes hispanos tenían aproximadamente el doble de probabilidades que los no hispanos en clasificar su estado de salud como regular o malo tres meses después del contagio con la covid-19. También tenían niveles de actividad mucho más bajos que los blancos.
En comparación con los participantes blancos, aquellos que se identificaron como “de otra raza o de múltiples razas” tenían casi el doble de probabilidades de catalogar su salud como regular o mala y describir que eran algo o mucho menos activos tres meses después del contagio. Estas diferencias persistieron después de 6 meses de haber dado positivo al virus.
David Geffen, investigador de UCLA, dijo en un comunicado que si bien no se ha podido identificar la causa, “sabemos que, históricamente, estas poblaciones (latinos y personas de color) pueden tener más dificultades para acceder a la atención médica, lo que podría complicar su recuperación”.
Por su parte, Joann Elmore, investigadora principal de Inspire en UCLA, señaló que se debe comprender qué impulsa estas diferencias “para avanzar en la equidad sanitaria después de la infección”.
El estudio también encontró que las ausencias laborales después de seis meses del contagio fueron casi tres veces mayores entre los participantes afroamericanos y dos veces mayores entre aquellos que se clasificaron como de otras etnias o razas, incluyendo los latinos.
“Nuestra esperanza es que estos hallazgos sirvan de base para intervenciones sanitarias equitativas para las poblaciones desatendidas que todavía están atravesando la experiencia post-covid”, añadió Elmore.
El estudio Inspire fue apoyado y financiado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y el Centro Nacional de Inmunización y Enfermedades Respiratorias. Los Ángeles (EFE)