La vitamina E, una amiga que debe acompañarnos

Comencemos por lo fundamental... la vitamina E tiene las siguientes funciones:

Es un antioxidante,  ayuda a mantener el sistema inmunitario fuerte frente a virus y bacterias, contribuye a formar glóbulos rojos y ensancha los vasos sanguíneos para evitar que la sangre se coagule dentro de ellos, dicho de otra manera, ayuda al cuerpo a utilizar la vitamina K.

La vitamina E es un nutriente importante para la visión, la reproducción y la salud de la sangre, el cerebro y la piel. Tiene propiedades antioxidantes. Los antioxidantes son sustancias que pueden proteger las células contra los efectos de los radicales libres, es decir, moléculas generadas cuando el cuerpo descompone los alimentos o cuando se le expone al humo de tabaco y a la radiación. Los radicales libres podrían influir en las enfermedades cardíacas, el cáncer y otras enfermedades. Si tomas vitamina E por sus propiedades antioxidantes, ten en cuenta que los suplementos podrían no ofrecerte los mismos beneficios que los antioxidantes que se encuentran naturalmente en la comida.

Algunos alimentos ricos en vitamina E son el aceite de canola, el aceite de oliva, la margarina, las almendras y los maníes. También puedes obtenerla de las carnes, los productos lácteos, los vegetales de hoja y los cereales fortificados. Está disponible como un suplemento oral en forma de cápsulas o gotas.

La deficiencia de vitamina E puede causar neuralgia (neuropatía).

La vitamina E es una sustancia que cumple funciones claves en el organismo. La principal de ellas tiene que ver con su poder antioxidante. Este quizá sea una de las funciones de la vitamina E más conocidas. En pocas palabras, esta vitamina protege a las células y, por tanto, los tejidos de todo el cuerpo, de sustancias llamadas radicales libres.

Con el tiempo, los radicales libres provocan síntomas del envejecimiento, como las arrugas de la piel. También se ha descubierto que facilitan el desarrollo de enfermedades de degeneración celular: Alzheimer, cáncer, enfermedades del sistema inmunitario, Parkinson, diabetes, entre otras. Por ello, sus beneficios se han ligado a la prevención del envejecimiento y la aparición de las arrugas.

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