En los primeros seis meses de vigencia de la ley de derecho a morir con dignidad en California, 111 enfermos terminales optaron por el suicidio asistido, de acuerdo con un reporte de Compassion & Choices.
Un total de 111 personas en California se decidió por el suicidio asistido usando prescripciones letales durante los primeros seis meses de vigencia de una ley que permite a las personas enfermas terminales pedir medicamentos a los médicos, según datos de la organización.
Un comparativo de los pacientes que se beneficiaron de la ley refleja lo que se ha visto en Oregon, que fue el primer estado en legalizar la práctica hace casi dos décadas.
A pesar de que California es mucho más diversa que Oregon, la mayoría de los que han muerto bajo las leyes de ayuda en ambos estados eran blancos, estudiantes universitarios, pacientes de cáncer mayores de 60 años.
La Ley de Opción de Fin de Vida hizo de California el quinto estado en Estados Unidos en permitir que los pacientes con diagnósticos de vida de menos de seis meses se les permita solicitar a sus médicos medicamentos que pongan fin a su vida.
Las muertes asistidas por médicos constituyeron seis de cada 10 mil muertes en California entre junio y diciembre de 2016, según datos estatales. Eso es mucho más bajo que la tasa de 2016 en Oregon, donde prescripciones letales representaron 37 por 10 mil muertes.
Pero los hallazgos han hecho poco para calmar el debate sobre si permitir que los médicos prescriban medicamentos letales es una práctica médica aceptable.
En los comparativos de California y Oregon se encontró que en el primer estado 59 por ciento de los pacientes que usaron una receta letal tenían cáncer, mientras que en Oregon 79 por ciento tenían cáncer.
En California el 46 por ciento de los fallecidos eran varones, 90 por ciento eran anglosajones, tres por ciento latinos y cinco por ciento asiáticos, 58 por ciento tenían licenciatura o más.
En Oregon el 54 por ciento de los fallecidos eran varones, el 96 por ciento eran blancos, 1.5 por ciento latinos y 1.5 por ciento asiáticos y el 50 por ciento tenían una licenciatura o mas.
"A menudo, los pacientes tienen valores y creencias sobre lo que hace que una vida valga la pena vivirla, y quieren la tranquilidad de saber que si sus condiciones empeoran, su dolor aumenta o se vuelven más dependientes de otros, no tendrán otra opcion, dijo Tom Strouse, psiquiatra y médico de cuidados paliativos de la UCLA.
Los expertos coinciden en que los bajos números de uso en California el año pasado no son sorprendentes ya que los pacientes y los médicos todavía están aprendiendo acerca de la nueva ley.
En el primer año de vigencia de la ley en Oregon sólo se registraron 15 muertes asistidas por médicos, aunque ese número había crecido a 133 el año pasado.
"Los datos del estado muestran que incluso durante los primeros meses de la implementación de la ley, la ley estaba funcionando bien y los californianos en estado terminal pudieron sentirse cómodos al saber que tenían esta opción para terminar pacificamente el sufrimiento intolerable", dijo Matt Whitaker, de Compassion & Choices.
Este es un grupo de defensa que luchó por la aprobación de la ley. La organización publicó un informe este mes diciendo que conocía a 504 personas que habían recibido recetas de medicamentos letales entre junio de 2016 y junio de este año.
Los datos de California muestran que 173 médicos escribieron las 191 prescripciones en todo el estado. Los Ángeles (NOTIMEX)