Ante las bajas temperaturas cuide su salud y líbrese de la gripe

El frío, la lluvia y los cambios de temperatura son algunos de los factores que hacen que los resfriados y catarros sean dos de los principales protagonistas de esta época del año.

El invierno es sinónimo de bajas temperaturas, menos horas de luz y hasta lloviznas aisladas. Esto hace que librarse de la gripe, los resfriados y los catarros en esta época del año sea difícil. Pero, ¿por qué nos resfriamos más en invierno?

Los expertos afirman que el virus del resfriado se reproduce mucho mejor con las temperaturas más frías que hay dentro de la nariz que en la temperatura corporal. Esto hace que el invierno sea la época del año en la que más catarros hay.

Los problemas de salud más habituales en invierno están relacionados con la garganta, la nariz, la boca y los oídos

El frío de la calle y la calefacción de los sitios en los que entramos y salimos nos hace pasar del frío al calor de golpe. Para evitar sufrir un cambio radical, es importante que intentemos adaptar y regular la temperatura de nuestro cuerpo al lugar donde nos encontremos. 

También recomiendan ventilar los lugares cerrados durante 10-15 minutos. Esto hará que el polvo y los gérmenes dejen de acumularse y no nos provoquen resfriados y gripes.

Los alimentos ricos en vitaminas C y B son fundamentales para fortalecer el sistema inmunológico. Si a ello, le añadimos la ingesta de minerales como el hierro, lo que conseguiremos será preparar a las defensas frente a los virus y bacterias más habituales de esta época del año.

Se recomienda el brócoli, los tomates, huevos, carnes, pescados, frutos secos y semillas.

Lavarnos las manos con abundante jabón puede salvarnos de más de un resfriado, más si pasamos las manos donde más virus y bacterias se acumulan.

Los profesionales recomiendan limpiarse las manos con frecuencia y para los momentos en los que no se pueda seguir esta higiene de forma habitual, llevar desinfectantes en el bolso.

 

Descansar bien es fundamental para el bienestar. Se recomienda dormir entre 7-8 horas diarias. Dormir menos de seis horas afecta la salud y puede provocar que ésta se resienta.

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