En un futuro próximo se tendrá una población de pacientes jóvenes infartados, pues en más de cuatro décadas ha habido una evolución y una transformación de la epidemia cardiovascular en México.
“Este problema de salud pública ya afecta por igual a los diferentes grupos de población, lo que significa que en un futuro próximo tendremos una población de pacientes jóvenes infartados”, sostuvo el expresidente de la Asociación Nacional de Cardiólogos de México (ANCAM), Arturo Abundes Velasco.
Señaló que hace 40 años las enfermedades cardiovasculares eran consideradas propias de las personas de la tercera edad, empero, 20 por ciento de la población puede tener hoy un problema cardiovascular después de los 20 años de edad.
En rueda de prensa, el especialista aseguró que esa afección se incrementa día con día y ello la posiciona como la primera causa de muerte entre los mexicanos.
Guillermo Saturno Chiu, colaborador de la Iniciativa por el Corazón de la Mujer de la ANCAM, explicó que esa evolución de la epidemiología cardiovascular se debe a los malos hábitos de salud que la vida moderna ha agudizado, como una inadecuada alimentación alta en grasas y azúcares, sedentarismo desde la infancia y juventud, así como la presencia de enfermedades crónicas no diagnosticadas.
“Es el precio del estilo de vida que hemos decidido asumir", argumentó el doctor, quien refirió que los hijos veían morir a sus padres y abuelos en el pasado.
Pero en la actualidad son los padres quienes ven morir a sus hijos, como consecuencia del estilo de vida “y si no se activan acciones concretas para el futuro, el panorama en nuestro país es sombrío”, advirtió.
Saturno Chiu expuso que las enfermedades cardiovasculares son un grupo de trastornos del corazón y de los vasos sanguíneos y, entre ellas, se encuentran la arterial coronaria y la periférica.
El origen de esas afecciones se encuentra en la aterosclerosis, caracterizada por la acumulación de depósitos de grasa dentro de las arterias y provocan que se estrechen y endurezcan, limitando el flujo de sangre al corazón, cerebro o extremidades, para después ocasionar infartos al corazón o cerebrales e isquemia aguda de las extremidades, con riesgo de amputación.
El 80 por ciento de los infartos del corazón y eventos vasculares cerebrales prematuros son prevenibles, de ahí que los especialistas coincidieron que “México tiene un camino muy largo por recorrer para mejorar su salud cardiovascular. México (NOTIMEX)