Un estudio científico demostró que en sus inicios, a comienzos de 2021, la campaña de vacunación contra la covid-19 en Florida lanzada por las autoridades estatales fue exitosa en proteger a los mayores de 65 años, pero falló en brindar un acceso equitativo a las minorías, especialmente a los hispanos.
Investigadores de la Florida Atlantic University (FAU) analizaron en su estudio, publicado en la revista Health Affairs, cómo funcionó la distribución de vacunas en la cadena de supermercados Publix, escogida por las autoridades del estado para ese cometido por su gran cantidad de establecimientos en Florida, donde tiene su sede, y hallaron “disparidades sociodemográficas”.
Publix fue la primera farmacia minorista en ofrecer vacunas en Florida, el tercer estado más poblado del país, con más de 21,4 millones de residentes, y a día de hoy también el tercero en número de casos acumulados de covid-19 (3,7 millones desde marzo de 2020), según la Universidad Johns Hopkins.
En Florida han muerto más de 62 mil personas a causa de la enfermedad del nuevo coronavirus desde el inicio de la pandemia.
Los investigadores constataron que aunque Publix tiene más de 800 tiendas en Florida, solo 23 de los 67 condados del estado estaban ofreciendo vacunas covid-19 en febrero de 2021.
Según un comunicado de FAU, para el estudio los investigadores analizaron 974 códigos postales del censo de 2019 en Florida que ofrecían datos sobre niveles educativos, etnia, raza y otras tendencias demográficas.
HISPANOS EN “PUNTOS FRíOS” DE VACUNACIÓN
“El análisis de agrupamiento espacial de los sitios de vacunación de Publix por cada 100 mil personas encontró una mayor disponibilidad de vacunas en áreas moderadamente pobladas donde los residentes eran significativamente mayores, más ricos y más blancos que en los ‘puntos fríos’ o áreas de menor disponibilidad de vacunas”, señala la universidad.
Según el estudio, se halló una mayor proporción de “puntos fríos” en áreas de residencia de hispanos y con un mayor número de hogares monoparentales, como el centro de la ciudad del condado de Miami-Dade y las regiones rurales del interior de Florida.
Además, el estudio mostró asociaciones más fuertes entre el número de sitios de vacunación en un código postal y la raza y el origen étnico y una asociación más débil con el porcentaje de residentes en el límite o por debajo de la línea de pobreza, agregó.
“El objetivo es brindar acceso equitativo a las vacunas para todos”, dijo Jennifer Attonito, autora principal del estudio e instructora de administración de la salud en la Facultad de Negocios de FAU.
“Por supuesto, la distribución de esta vacuna fue una respuesta rápida, pero es importante tener en cuenta los medios financieros, el acceso a internet y los problemas de transporte para estar mejor preparados para futuras emergencias de salud pública”, subrayó.
Al iniciarse la pandemia, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, puso como prioridad en la políticas de salud pública a los adultos mayores que vivían en residencias de la tercera edad, a los trabajadores sanitarios de primera línea y a las personas mayores de 65 años en general.
Además de Attonito trabajaron en el estudio George Luck y Mario Jacomino, ambos profesores asociados en la Facultad de Medicina de FAU, los estudiantes Keren Fishman y Maral Darya, y Whitney Van Arsdale, bióloga del Departamento de Salud de Florida. Miami (EFE)