Conservador Macri inaugura nuevo ciclo político en Argentina

El opositor Mauricio Macri inauguró el pasado domingo 22 un nuevo ciclo político en Argentina al imponerse en la segunda vuelta electoral con 51.78% de los votos y poner fin así a 12 años ininterrumpidos de kirchnerismo.

Escrutados 95.82% de los votos el dirigente del frente opositor Cambiemos se imponía por 3.56 puntos de ventaja sobre el candidato oficialista Daniel Scioli, del Frente para la Victoria, que obtenía 48.22%.

“Hoy es un día histórico, es un cambio de época que va a ser maravilloso. Es un cambio que nos tiene que llevar hacia el futuro, hacia las oportunidades”, dijo eufórico Macri en el centro de campaña rodeado de globos de colores y en medio de los gritos y aplausos de sus seguidores.

Macri, un tecnócrata conservador de 56 años, tendrá como principal desafío corregir los desequilibrios económicos como una inflación de al menos 27% anual, sin alterar el bienestar de los beneficiados por los programas asistenciales aplicados durante el kirchnerismo.

Scioli, de 58 años, reconoció el triunfo de su rival. “Argentina se transformó, se ampliaron derechos, se mejoró la distribución del ingreso, siempre hay cosas para mejorar, pero también es justo reconocer todo lo que hemos avanzado. Esa será nuestra responsabilidad a partir del 10 de diciembre” cuando Macri asumirá la presidencia.

Las caras eran largas entre los simpatizantes del oficialismo, que se congregaron en la plaza frente a la casa de gobierno.

“Es un día doloroso para los argentinos. Sobre todo para mí en lo personal. Este gobierno me dio tanto. La gente tiene tan poca memoria”, afirmó a The Associated Press Rocío Robador, de 36 años y madre de una hija a la que tuvo gracias a la ley de fertilización asistida impulsada por el gobierno de Fernández. “Vamos a resistir e intentar que este gobierno no nos saque los beneficios. No podemos retroceder”, afirmó.

Macri recibirá la presidencia de manos de Cristina Fernández, quien junto a su antecesor y fallecido marido Néstor Kirchner (2003-2007) creó dentro del peronismo el movimiento de centroizquierda impulsor de políticas sociales y de derechos humanos.

Los gobiernos de ambos estuvieron caracterizados por una fuerte intervención estatal en la economía y un estilo personalista de ejercer el poder que provocó confrontaciones con rivales políticos y una grieta en el seno de la sociedad.

El líder del frente opositor Cambiemos indicó que el cambio que propone “no puede detenerse en revanchas y ajustes de cuentas... tiene que poner toda la energía en construir la Argentina que soñamos”.

Cambiemos gobernará a nivel nacional, en la provincia de Buenos Aires -la más poblada e importante del país-, y en la capital, bastión desde 2007 de Propuesta Republicana (PRO), el partido creado y liderado por Macri.

El reto principal del presidente electo será económico: Para evitar que se licúe su poder político en el corto plazo deberá llevar a cabo las correcciones necesarias sin provocar ajustes que generen una gran devaluación del peso y el consiguiente incremento de los precios.

“El éxito de su presidencia dependerá mayormente en su habilidad para mejorar de forma exitosa las condiciones macroeconómicas”, dijo Daniel Kerner, responsable del área de América Latina en la consultora Eurasia Group, con sede en Estados Unidos.

Al respecto, indicó que “el mayor desafío será el manejo de la devaluación” que previsiblemente se producirá cuando Macri elimine las restricciones a las compras de dólares vigentes desde hace cuatro años lo que, según anunció en la campaña, hará de inmediato.

Macri se abocará además a incrementar las alicaídas reservas del Banco Central, que están en unos 26 mil millones de dólares.

 

Uno de los nubarrones que le acecha es la disputa en los tribunales de Estados Unidos con un grupo de bonistas que exigen a Argentina el pago de una deuda millonaria, la cual ha ahuyentado a los inversionistas y mantenido al país excluido de los mercados crediticios.  Buenos Aires (AP)

 

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