Sin DACA ni el muro Trump firma el presupuesto para el ejercicio fiscal de 2018

Por Alexander ZAPATA

Hasta el 30 de septiembre la administración central de Estados Unidos está blindada económicamente, tras la aprobación de una ley que financia al Gobierno para el ejercicio fiscal de 2018, que fue avalada por la Cámara de Representantes, el Senado y, con manifiesta inconformidad, por el presidente Donald Trump.

El documento, que posee más de 2200 páginas, salió adelante en la Cámara de Representantes con 256 a favor y 167 en contra, mientras que en el Senado obtuvo el apoyo de 65 y el rechazo de 32. En su contenido aprueba un financiamiento que asciende a 1.3 billones de dólares, que incluye una partida para reforzar la seguridad durante las elecciones legislativas del próximo noviembre, para evitar la injerencia rusa sobre la que los servicios de inteligencia advierten. Además establece niveles de gastos de defensa en 700.000 millones de dólares, lo que supone un aumento de $61.000 millones respecto a 2017 y deja $591.000 millones para el gasto nacional no relacionado con Defensa, lo que representa incremento del 10% en relación al presupuesto anteriormente aprobado, reseñó El País.

Antes de firmar su ejecútese, tal como es costumbre a través del Twitter, el presidente Trump amenazó con vetar la ley de presupuesto por considerar que no se ajustaba a las exigencias que, entre muchas otras, contemplaba la asignación de 25.000 millones de dólares para su principal promesa de campaña: la construcción de un muro en la frontera con México, que según sus palabras, “se necesita desesperadamente para nuestra Defensa Nacional”.

Con el presupuesto aprobado se impone una dotación mínima para el muro de $1.600 millones y se imponen restricciones para el uso de este capital, pues no permite levantar nuevas barreras fronterizas en ciertas zonas y destina el dinero principalmente a reparar las vallas ya existentes. Con esa dotación, Trump detalló que estos trabajos empezarán esta semana y dejo entrever que se levantará “algo nuevo”. “Es una dotación a corto plazo”, insistió el presidente.

En esta antesala, el mandatario también criticó la ausencia en la ley de una solución para los dreamers (beneficiarios de la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia- DACA), cuyo futuro, paradójicamente a su reclamo, no está resuelto gracias a su orden de rescindir el programa migratorio el pasado 5 de septiembre, lo que colocó a estos jóvenes al borde de la deportación.

 Esta decisión fue bloqueada temporalmente por jueces de California y Nueva York, mientras se decida qué pasará con estos cerca de 800 mil indocumentados que llegaron a EEUU con menos de 16 años de edad. Cabe señalar que pese a la reiterada “disposición” de Trump de solventar el limbo que su resolución generó, la Casa Blanca ha apelado las órdenes judiciales de mantener el programa activo.

Al respecto, el Presidente acusó a los demócratas de tratar “extremadamente mal” a los dreamers, pues recordó que los republicanos querían incluir a estos jóvenes inmigrantes en el proyecto de ley, publicó El Mundo.

Con este comentario, el republicano hacía referencia a la propuesta de la Casa Blanca de aprobar una extensión de tres años para mantener DACA o aceptar un “camino” a la ciudadanía de 1.8 de soñadores a cambio de colocar en riesgo de deportación a los otros 9 millones de indocumentados con la eliminación de la Lotería de Visas, la restricción de la reunificación familiar (denominada por los sectores oficiales migración en cadena), aumentar las deportaciones y reforzar las políticas antiinmigrantes que se han ejecutado hasta la fecha.

Trump agregó que los republicanos “están más de su lado (del de los dreamers) que los demócratas que están usándoles para propósitos equivocados”, declaración que se contextualiza en un ambiente en el que ya se asoma la confrontación por las elecciones legislativas de noviembre, cuando los afectos a la línea presidencial deben amarrar su poder en las cámaras legislativas y sus contrarios tratar de recuperarse de la derrota en las presidenciales ganando peso.

 

Al estampar su rúbrica en la ley presupuestaria, el Presidente manifestó que “hay muchas cosas con las que no estoy feliz con este presupuesto” y advirtió que “nunca más firmaría una ley así otra vez”. De no haberse aprobado la legislación antes de la fecha límite establecida (25 de marzo), EEUU hubiese sufrido el tercer cierre de Gobierno por falta de fondos en lo que va de año. Sin un presupuesto consensuado para el ejercicio fiscal, la Administración ha ido funcionando con proyectos de gasto temporales. Aunque por el acuerdo presupuestario Trump expresó refirió que “nadie es capaz de leerlo”, celebró aspectos en la ley como el “récord de dinero destinado a defensa”, que revierte los recortes de anteriores presupuestos, razón por la que justificó su resolución de no vetar el documento. “Es el mayor incremento” para los militares, dijo con satisfacción el presidente estadounidense acompañado del secretario de Defensa Jim Mattis, al que cedió el micrófono. El jefe del Pentágono celebró el “presupuesto más grande de la historia” para su departamento, y prometió que con dicha asignación lograrán “ hacer el ejército más fuerte que nunca”.

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