Opinión: México violento y el debate

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Por Jorge RAMOS

Desde que AMLO llegó al poder he asistido a cinco mañaneras en las que, cada vez, le presenté al presidente las crecientes cifras de asesinatos en el país. Para que no hubiera dudas sobre mis fuentes, siempre utilicé las estadísticas oficiales del gobierno. Pero eso no sirvió de nada. Cada vez, invariablemente, el presidente me contestaba que él tenía “otros datos”.

Muy al principio de su gobierno, en 2019, le presenté a AMLO las cifras de homicidios dolosos de sus primeros tres meses en la presidencia. Ya eran 8,524 mexicanos asesinados. Pero él me dijo que ya “hemos controlado la situación, según nuestros datos”. No era cierto. 2019 resultó ser el año más sangriento de su gobierno con 34,720 asesinatos.

A partir de ahí vendría la peor escalada de violencia en la historia moderna de México.

Desde que AMLO tomó posesión, el primero de diciembre del 2018 hasta el 30 de abril del 2024, han asesinado a 175,999 mexicanos. Muchos más que durante los gobiernos del priista Enrique Peña Nieto y del panista Felipe Calderón.

El presidente insiste, con razón, que hay una tendencia a la baja en los homicidios dolosos. Es verdad, pero totalmente insuficiente. No podemos hacer malabares estadísticos con las vidas de los mexicanos. La realidad, la triste realidad, es que durante la presidencia de López Obrador han asesinado a más mexicanos que en cualquier otro gobierno desde la guerra cristera y la Revolución.

En enero de este año regresé a la mañanera y, basado en los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, le dije al presidente que “México es un país muy violento”. No estuvo de acuerdo. Me dijo: “ Es un país pacífico, fíjate”.

Comparado con Estados Unidos, no lo es. Veamos lo que ocurrió el año pasado. Estados Unidos tuvo 18,854 asesinatos, según el Gun Violence Archive. Y en ese mismo 2023, México -con una población mucho menor- tuvo 29,706 asesinatos.

Es imposible venderles a los mexicanos la mentira de que México es un país pacífico. Aunque el presidente lo repita mil veces en la mañanera. Las calles dicen otra cosa sobre los muertos.

Y también de los desaparecidos. En medio de una gran controversia por su metodología, el gobierno de AMLO ha reconocido que en México hay 99,729 desaparecidos. (El gobierno asegura que más de 20,000 desaparecidos que se encontraban en la lista original han sido localizados).

Pero lo grave es que siguen desapareciendo personas en México. Y muchas de ellas nunca serán encontradas. El diario El País reportó recientemente que cada mes desaparecen alrededor de 625 personas, y que México “es el país de las 2,170 fosas clandestinas”.

Las madres buscadoras son un gráfico y triste ejemplo del momento que está viviendo el país. Se la pasan buscando a sus familiares desaparecidos y, algunas veces, ellas mismas desaparecen o son ejecutadas. Por ejemplo, Teresa Magueyal buscaba a su hijo José Luis desde abril de 2020. Pero fue asesinada en Celaya, Guanajuato. Ella era parte de una organización llamada Una Promesa Por Cumplir. Y como Teresa y José Luis hay muchas historias más.

Si sumamos los asesinatos a las desapariciones durante este sexenio nos encontramos frente a una verdadera tragedia nacional. Estas son las matemáticas del horror: en promedio cada día desaparecen 20 personas y, basados en cifras de 2023, diariamente son asesinados 81 mexicanos.

La estrategia de “abrazos, no balazos” ha sido desastrosa y, en la práctica, le ha cedido partes del territorio nacional a los narco carteles. Pero el presidente, desde la mañanera, ha estado empujando una narrativa falsa, insistiendo en que “México está en su mejor momento”, como dijo a principios de este año. Eso es insostenible ante una rápida mirada de la violencia que azota partes del país.

México no puede estar en su mejor momento cuando están matando y desapareciendo a tantos mexicanos. De hecho, basado en las cifras del propio gobierno, México está en el peor momento de su historia moderna en lo que se refiere al número total de homicidios dolosos.

Ocultar la realidad es un grave error. No puede ser que el principal problema de México se presente como un triunfo del actual gobierno. Poco después que López Obrador deje el poder se les va a caer el teatrito. Sin las mañaneras de su líder carismático, la verdad va a salir a flote. No hay nada más terco que la realidad.

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