Opinión: LatinX

Por primera vez en la historia de los debates presidenciales en Estados Unidos se escuchó la palabra “Latinx”.

Al dirigirme en inglés a 10 de los candidatos demócratas a la presidencia en Houston, Texas, les adelanté que hablaríamos de temas “Latinx” y luego, cambiando de idioma, les dije:  “En este país, no lo duden, también se habla español. Este debate se realiza en un momento muy difícil para los latinos en Texas y Estados Unidos. Pero es importante que ellos sepan -que sepamos- que este también es nuestro país”.

​No hay nada que le moleste más a los racistas y a los intolerantes en Estados Unidos que los hispanos y los inmigrantes les digamos que este también en nuestro país. Y lo es. Somos alrededor de 60 millones y, según proyecciones de la Oficina del Censo, para el 2045 seremos 100 millones de latinos. Nadie podrá ser elegido a la Casa Blanca y a los principales puestos políticos del país sin nuestro voto. Es así de sencillo.

​Por ejemplo, una reciente encuesta de Univision sugiere que Texas -un estado que por décadas ha votado por el partido republicano- podría cambiar en el 2020. La encuesta predice que el candidato demócrata vencería a Donald Trump en Texas con un 47 por ciento frente a un 42 por ciento. Sí, falta mucho todavía, no sabemos quien será el candidato demócrata y las encuestas se equivocaron con Trump en el 2016. Pero lo que no cabe duda es que el aumento de la población latina -y su creciente poder electoral- ya se está sintiendo.

​Lo que también se está sintiendo es el racismo contra los hispanos. Diecinueve de los 22 muertos en la masacre de El Paso, Texas, el pasado 3 de agosto eran latinos. Ese fue un ataque dirigido específicamente contra nosotros. (Solo en la matanza de la discoteca Pulse en Orlando en el 2016 hubo más latinos asesinados.)

Señales de nuestros tiempos. Es como si en Estados Unidos hubiera una abierta resistencia a que tengamos cada vez más presencia, más influencia y más poder.

​Mientras todo esto ocurre, se está gestando una revolución dentro de la misma comunidad latina. El liderazgo político está cambiando. La estrategia de lucha está cambiando. Y hasta las palabras están cambiando.

​Hay un cambio generacional de liderazgo, con la congresista Alexandra Ocasio-Cortez de 29 años de edad al frente. Pero ella no es la única. La mayor parte del crecimiento de la comunidad viene de latinos que nacieron aquí, no de inmigrantes. Y esto está creando una nueva y pujante clase política. Nada está fuera de su alcance.

​La estrategia también es distinta. En lugar de acomodarse a los juegos políticos en Washington -que no dieron muy buenos resultados- la nueva forma de luchar es con protestas, cuestionamientos directos y un agresivo uso de las redes sociales. Y aquí hay mucho que agradecerles a los Dreamers. Ellos vieron que desde 1986 no pasaba nada en la cuestión migratoria y presionaron al presidente Barack Obama hasta que consiguieron DACA (un programa de protección temporal para evitar su deportación). Ahora hasta los que no son Dreamers actúan como Dreamers…porque da resultados.

​Lo que también está cambiando son las palabras que usamos. El término más poderoso que ha surgido en los últimos años es “Latinx”. Es una palabra más incluyente que latino o hispano, es neutral respecto al género, reúne a comunidades que han sido históricamente discriminadas -como los indígenas, los afrodescendientes y personas LGBTQI-, abarca también a brasileños y caribeños, se pronuncia igual en inglés que en español, es singular y plural, y sugiere una constante apertura y fluidez. Latinx, en pocas palabras, no discrimina: es una gran casa.

​No estoy seguro que el término Latinx pronto vaya a reemplazar a latino o hispano. Pero basta apuntar que tanto latino como hispano utiliza el masculino como término genérico, dejando fuera a la mitad de la población. Y eso no es parejo.

Latinx, en cambio, no obliga a ninguna definición binaria y es, por lo tanto, más igualitario.

 

​En estos días en que se celebra la herencia hispana en EU, lo que yo veo -más que una fiesta- es una lucha constante para que los Latinx seamos vistos como parte esencial de este país. El líder Cesar Chávez tenía razón cuando dijo: “Hemos visto el futuro y el futuro es nuestro”.

 

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