Frontera Matamoros-Brownsville. Tengo el gusto de informarles que no hay ninguna invasión en la frontera sur de Estados Unidos y que tampoco hay oleadas de inmigrantes dispuestos a saltar el muro desde México hacia el norte. Y México, la última vez que chequé, no ha sido declarado como enemigo de Estados Unidos. Entonces ¿por qué Estados Unidos está enviando tropas a la frontera con México?
El problema es la boca de Donald Trump.
Estamos en una época en que ya no sorprende a nadie decir que el presidente de Estados Unidos miente mucho. Y hace poco usó el ejemplo de una caravana de inmigrantes centroamericanos que cruzaba territorio mexicano para sugerir que la seguridad de Estados Unidos estaba en peligro. Y eso no es cierto.
Las detenciones de indocumentados en la frontera han caído a su punto más bajo en 46 años. Además, la población indocumentada se ha mantenido estable en 11 millones por una década. Poblaciones fronterizas como Laredo, Brownsville y El Paso son más seguras que otras en el centro del país. Conclusión: no hay ninguna invasión.
La realidad es que hay menos inmigrantes que intentan llegar ilegalmente hacia Estados Unidos. ¿Por qué? Porque le tienen miedo a Trump y a sus políticas antiinmigrantes. Ese es el factor Trump.
El verdadero muro en la frontera se llama Donald Trump. La gente en México y Centroamérica que está considerando venirse a Estados Unidos ve en las redes sociales, en los medios de comunicación y escucha a través de sus familiares el clima de temor e incertidumbre que existe aquí, y lo piensa dos y tres veces antes de partir.
Pero hay personas que no tienen otra opción más que huir de su país. Ese es el caso de las familias de hondureños en la caravana que cruza por México. Huyen de la pobreza, de la violencia, de la represión y de la falta de democracia en un país donde el presidente torció las leyes y la constitución para reelegirse. Si tu fueras un papá o una mamá en Tegucigalpa o en San Pedro Sula, y las maras quisieran reclutar a tu hijo adolescente o tu hija fuera amenazada físicamente ¿qué harías? Un muchacho entrevistado en un reportaje de Univision fue muy claro: prefiero estar en una cárcel de Estados Unidos que en mi país, dijo. Por eso se arriesgan tanto.
Pero Estados Unidos, bajo Trump, ha dejado de ser ese refugio tradicional de perseguidos en el mundo y un país que da la bienvenida a los más vulnerables. Estados Unidos se ha convertido desde hace más de un año en una nación hostil y hasta peligrosa para inmigrantes, extranjeros y minorías.
Trump cree que construyendo un muro en la frontera con México y enviando a miles de tropas de la Guardia Nacional va a evitar el paso de indocumentados y drogas. Pero se equivoca. La frontera es mucho más fluida. Así ha sido por siglos. Imagínatela como un río que cambia de rumbo tan pronto le ponen un roca.
Trump dice que la Guardia Nacional se quedará en la frontera hasta que se construya un nuevo muro. Pero es un problema muy largo. De las mil 954 millas de frontera, unas mil 200 millas no tienen muros ni cercas. Pues entonces que se preparen para muchos años -quizás décadas- de espera. Tener ahí a la Guardia Nacional será una monumental pérdida de dinero y de esfuerzo. Tan inútil como construir un muro que muchos indocumentados saltan por avión.
Los inmigrantes seguirán llegando a Estados Unidos -con y sin papeles- mientras haya trabajos para ellos y pobreza/violencia en sus países de origen. Y las drogas seguirán entrando por aduanas, puentes y aeropuertos mientras haya más de 20 millones de estadounidenses que las consuman. Trump nunca entenderá que solo la cooperación con América Latina y una estrategia que considere los históricos flujos migratorios podrá dar resultados positivos en una indómita frontera que siempre se ha rehusado a repetir lo que se ve en los mapas.
Después de reportar en los dos lados de la frontera, cruzando de Brownsville, Texas a Matamoros, Tamaulipas y de vuelta, no encontré ningún grupo armado de “bad hombres” que estuviera conspirando para entrar ilegalmente a Estados Unidos. En la frontera México-Estados Unidos no hay ninguna invasión. La única invasión que está ocurriendo es en la cabeza de Donald Trump.