Opinión: Greta y su superpoder

Por Jorge Ramos

“Greta es el niño del cuento del emperador. Y todos estamos desnudos”  (del libro Nuestra Casa Está Ardiendo).

Greta Thunberg no les cree. Nada.

Los políticos se reúnen, firman acuerdos, dan discursos. Pero el planeta sigue calentándose y, si nos basamos en los pronósticos más desalentadores, estamos por cruzar un punto sin retorno. Eso significaría el fin de miles de especies, la muerte de millones de personas y un cambio radical en la manera en que vivimos. Si sobrevivimos…

Los datos son inequívocos. La última década (2010-2019), casi por seguro, será la más caliente de la historia, según el reporte de la Organización Meteorológica Mundial (https://bit.ly/36nfty). Este año será el segundo o tercero con las más altas temperaturas. Las concentraciones de bióxido de carbono siguen aumentando, los niveles de los océanos suben y las capas polares se derriten, haciendo imparable el cambio climático.

No hay otros datos. Lo que falta es un sentido de urgencia. Y eso es precisamente lo que está aportando Greta, una adolescente sueca que se dio a conocer con sus protestas contra la inacción de los políticos, todos los viernes por la tarde, frente al parlamento de su país. Lo que comenzó como una decisión personal se ha tornado en un movimiento mundial.

El reciente discurso de Greta en Madrid, en una conferencia de Naciones Unidas (COP25), fue brutal. Acusó a los principales líderes del mundo de no hacer nada para enfrentar el cambio climático. Y se los dijo así: “Nuestros líderes no se están comportando como si estuviéramos en una emergencia. En una emergencia tú cambias tu comportamiento. Si hay un niño parado en la mitad de una calle y ves los carros pasar a alta velocidad, no volteas a otro lado solo porque te hace sentir incómodo. Inmediatamente corres y salvas al niño… Sin presión de la gente, nuestros líderes se pueden escapar sin hacer nada”. 

Bueno, el niño está en la calle y no estamos haciendo nada para salvarlo.

Esto es lo que Greta nos ha obligado a ver. Esta joven, que cruzó el Atlántico dos veces en un catamarán para no dejar una huella de carbono y que escoge muy bien sus pocas palabras, ha levantado su voz para decirnos que el tiempo se nos está acabando. Al final de cuentas es su generación la que va a sufrir las consecuencias de la falta de acción y compromiso de quienes hoy somos padres o abuelos. Es cierto; les estamos dejando un mundo recalentado y furioso, donde los extremos son lo normal: más huracanes más poderosos, más sequías y fuegos, más inundaciones y tragedias naturales. Nuestra herencia es la madre naturaleza en esteroides.

 El contraste entre Greta y Donald Trump no podía ser mayor. Ella tiene 16 años, él 73. Ella cree que el cambio climático es causado por los seres humanos, él no. Y tras haber sido elegida como “La Persona Del Año” por la revista TIME, en lugar de recibir un halago por parte del presidente estadounidense, fue acosada verbalmente. Trump dijo, sin ocultar su envidia, que su reconocimiento era algo “ridículo”. Luego le sugirió tomar una terapia para manejar su ira. Y Greta, con sentido del humor y sabiduría, cambió su biografía en Twitter y copió casi textualmente las palabras de Trump, para que nadie las olvide. El burlador burlado. (Lección número 1: nunca te pelees con un adolescente en las redes sociales, vas a perder. Siempre.)

Si Greta te incomoda, como incomodó a Trump, es porque te exige actuar, te pide congruencia y no te va a sonreír por compromiso. Para ella todo tiene que ver con su lucha. Esto es lo que puso recientemente en su cuenta de Twitter: “Cada elección es una elección sobre el clima. Vota por tus hijos. Vota por el planeta. Vota por futuras generaciones. Vota por la humanidad”.

Además de su llamado de emergencia -el mundo se quema y urge hacer algo- Greta ha surgido como un poderoso símbolo de esperanza. Ella cree que sí podemos cambiar las cosas. Y ha transformado su síndrome de Asperger en un motivo de fortaleza. Ella tiene una frase maravillosa: “Ser diferente es un superpoder”.

Ese es precisamente el mensaje. Si seguimos haciendo lo mismo, nos vamos a matar. Y solo actuando de una manera distinta el planeta tiene un futuro viable. 

 

Greta lo tiene clarísimo.

Top