Operación Jaque fue determinante para la paz: Presidente de Colombia

La Operación Jaque, que rescató de un campamento de la guerrilla de las FARC a 15 personas secuestradas -tres agentes de Estados Unidos y la excandidata presidencial Ingrid Betancourt- fue clave para lograr un acuerdo de paz, aseguró el presidente Juan Manuel Santos.

 

Esta operación que el próximo 2 de julio cumple 10 años, fue un trabajo de “inteligencia militar más audaz, más ingeniosa y más exitosa de la historia reciente en el mundo entero”, resaltó Santos.

Su importancia, dijo, "no solo fue para la libertad al rescatar a las 15 personas secuestradas, sino también para la moral de la Fuerza Pública, las víctimas del conflicto y el logro de la paz en el país”.

“Me lo decía el periodista norteamericano Larry King, que es un estudioso de este tipo de operaciones, que esto se comparaba con la Operación de Entebbe, con una gran diferencia: aquí no se derramó una sola gota de sangre y se rescataron 15 secuestrados del corazón de la selva, de la guerrilla más poderosa, más peligrosa y más vieja de todo el continente”.

La Operación Jaque “tuvo dos efectos diametralmente opuestos. Para nuestras Fuerzas Militares, para nuestro Ejército, fue una inyección de moral, de entusiasmo, de optimismo, de seguridad en sí mismo”, señaló Santos en declaraciones al servicio informativo de la Casa de Nariño.

Indicó que para el grupo armado “fue un golpe mortal a su moral, a su entusiasmo, a su capacidad de continuar esa guerra que habían librado durante tantos años".

"Fue determinante como un factor adicional en la búsqueda de la paz, porque se trataba de quitarles a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) esa capacidad y ese deseo de continuar la guerra”, señaló el mandatario.

Comentó que uno “de los aspectos que más resaltan los historiadores y los expertos en este tipo de operaciones, fue el hecho de que no se derramara una sola gota de sangre, que se hubiese podido, a través del engaño”.

Agregó que “la inteligencia, tiene que ver mucho con el engaño, rescatar a 15 personas secuestradas, muchas de ellas llevaban más de diez años en la selva, en la mitad de la selva, quitárselas a la guerrilla más poderosa del continente sin haber derramado una gota de sangre. Eso fue algo muy importante”.

Resaltó “que en el momento en el que estábamos planeando la operación, porque la planeamos minuto a minuto, cuando discutimos qué íbamos a hacer cuando el helicóptero con los secuestrados ya se fuera del terreno donde estaban, y que iban a quedar, calculábamos, entre 250 y 350 guerrilleros ahí, pues para cualquiera era lo lógico atacar a esos guerrilleros”.

“Pero fueron las propias Fuerzas, el propio General Padilla, comandante general de las Fuerzas Militares; el propio General Montoya, comandante del Ejército, los que dijeron: ‘No, esta Operación tiene que ser totalmente limpia. Eso tiene más valor y tiene más impacto en la moral de las FARC, que si hacemos una especie de operación rastrillo al final de la Operación Jaque”, enfatizó.

El secuestro en Colombia “estuvo en las primeras páginas de los periódicos, en las carátulas de las revistas durante muchísimos años. Éramos los campeones del secuestro, en muchas modalidades, entre ellas los secuestros de las FARC. Así se financiaban. Era parte fundamental de su financiación”.

“Varios de estos secuestrados se convirtieron en unos símbolos. A Ingrid Betancourt la tenían en una fotografía inmensa en la Alcaldía de París y reclamaban todos los días su liberación. Los tres estadunidenses se convirtieron en personas muy importantes en el ámbito de la opinión pública norteamericana exigiendo su liberación”.

Santos agregó que en Colombia los secuestrados “que estaban en manos de las FARC y estos que estaban en la selva durante tantos años, se convirtieron en un dolor permanente".

"Para mí era una obsesión ver cómo podíamos liberar a esos secuestrados, y por eso tomamos esa decisión muy arriesgada, muy arriesgada, de darle el visto bueno, de hacer un seguimiento, de planear y liderar esta operación”, señaló.

Recordó que sintió pánico “cuando efectivamente estábamos en plena operación, y se calculaba que iba a durar entre 10 y 15 minutos el helicóptero aterrizado, mientras subían a los secuestrados y el helicóptero comenzaba nuevamente a volar hacia el destino que se había establecido”. Bogotá (NOTIMEX)

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