La música es un regalo especial que empezamos a recibir desde el momento de la gestación; y desde ese momento, la música empieza a hacerse parte de nuestras vidas introduciéndonos a la gran sinfonía del universo.
Los bebés son capaces de reconocer ritmos y sonidos y empezar muchas veces a hacer movimientos de acuerdo a esos sonidos, incluso he visto, que aun aquellos que tienen problemas auditivos, pueden percibir y disfrutar las vibraciones de la música y su cuerpo produce ritmos que son creados internamente por su alegría de vivir.
La música ayuda a establecer no solo conexiones con otros, sino con nosotros mismos; la música permite incluso a establecer una conexión espiritual con Dios. Si tuviéramos más música; tendríamos más paz, más amor y menos guerras, menos conflictos y problemas sociales.
La danza, el baile, la música, pertenecen desde siempre a la humanidad, son un medio a través del cual expresarse, comunicarse con el mundo que nos rodea. En muchas culturas antiguas el baile se usaba para compartir socialmente en alguna festividad, cortejar, conectarse con la naturaleza o el mundo espiritual; en algunas culturas creían que ciertos baile podían atraer beneficios o dones a la familia o la comunidad, mejorar las cosechas, provocar lluvia, etc.
Está científicamente comprobado que el baile aporta múltiples beneficios al ser humano en el área emocional, psicológica y la física. El baile permite un vínculo entre lo emocional y lo corporal, ayuda con el desarrollo de las habilidades lingüísticas, promueve el canto y la sensación de pertenencia, estimula el funcionamiento y conexiones cerebrales, activa las áreas del cerebro responsables de los movimientos, se cree que a pacientes con Alzheimer puede ayudarlos a olvidar su enfermedad y recordar eventos importantes de su vida.
El baile disminuye la probabilidad de padecer enfermedades, mejora la calidad de vida de los pacientes cuando se practica regularmente; al bailar tu corazón se alegra, y un corazón alegre es el mejor remedio no solo para hermosear el rostro, es la mejor medicina para el cuerpo.
En las clases de tango dedicamos unos minutos a bailar libremente al son de diferentes tipos de música, he visto a personas que a través del baile superan episodios largos de depresión y soledad; personas tímidas que se comunican mejor y hacen amigos; niños con autismo disfrutan, encuentran una forma mejor de conectarse y comunicarse; algunas parejas mejoran la comunicacion entre ellos, se tienen más confianza, controlan sus emociones, , he visto personas que bailan con los ojos cerrados para poder sentir mejor la música y el movimiento que hará su pareja de baile.
Recientemente en clases una mujer con mucho dolor de cabeza reconoció que había estado estresada por mucho tiempo y tenía años sin bailar, después manifestó que se sentía feliz... el dolor de cabeza había desaparecido.
Escuchamos la palabra tango y nos imaginamos un baile súper sensual o de salón, casi imposible de realizar, -nada más lejos de la realidad-, siempre buscamos agregar otros tipos de música con ritmos latinos como la salsa y el merengue, algo de flamenco o rumba que me recuerda a mi España querida; he ‘descubierto’ que el tango es una forma de comunicación elegante, ayuda a mejorar nuestra postura y caminar más erguidos, facilita el equilibrio, aumenta la movilidad y fuerza central del cuerpo, mantiene los músculos fuertes y desarrolla piernas, glúteos y cintura.
Son muchos los beneficios de bailar, en mis conciertos siempre hago algo que permita a la gente bailar, cantar y divertirse, el baile mejora las relaciones sociales, la salud cardiovascular, quita la ansiedad y la depresión, ayuda a bajar de peso, desarrolla el trabajo en equipo, aumenta el autoestima y hasta puede ayudarnos a conectarnos espiritualmente con Dios.
¡Vamos todos a bailar, a cantar y disfrutar, aunque sea unos minutos cada semana, o cada día!
