Sin duda las dos victorias de México sobre Alemania y Corea del Sur hay que celebrarlas, es cierto que aun falta pero hay celebrar como se debe, con alegría, júbilo, gritos, brincos y más. Pero cuidado.
Bochornoso el como en Rusia hemos ofrecido una muy pobre imagen los mexicanos, más que todo en comportamiento, estoy seguro que la gran mayoría de los paisanos celebran de forma normal, pero el júbilo a muchos los transforma en verdaderos nacos.
Me envía correo desde Alemania Rodrigo Sandoval, dice que en el tren en que viajaba, un grupo de mexicanos jóvenes, mujeres y hombres, se notaba de buen ingreso, convirtieron en cantina ese momento ante unas sorprendidas familias alemanas e internacionales; en Los Ángeles, California, la celebración se convirtió en un caos de carros y jóvenes alcoholizados, por redes mexicanos quemando la bandera de Alemania y otro arropado con bandera mexicana en el suelo violando a la bandera de Alemania, wow. Vale preguntarse... eso somos?
No. Por supuesto que no, pero eso es un ejemplo del por qué nos ven y juzgan como una etnia sin cultura, educación, una vergüenza nacional.
Entonces nos quejamos de ser víctimas de racismo, más aun cuando periodistas de influencia, considerado por muchos de primer nivel como Jorge Ramos, que a todo le llama racismo, cuando más bien se trata de prejuicio porque nos miden por acciones como esas, nos miden por las nefastas celebraciones, por esos actos que nos crean una pésima imagen.
Celebremos con alegría, con la libertad que gozamos, pero no con libertinaje. Que todo el mundo vea que somos más mexicanos con civismo, somos gente que respeta, al menos la gran mayoría.
Ánimo.
Xavier@rivas.com