Eran las 5 A.M., bajaba la carretera de La Rumorosa de Tijuana a Mexicali, de pronto veo una persona con una señal de cartón con flecha, decía “Burritos”, la flecha indicaba al otro lado de la carretera, con un friazo y viento, allí estaba una pick up con una manta y un letrero que decía “Burritos”, tenía hambre y paré, amablemente José Parra se acercó a mi carro; buenos días, ¿cuántos quiere?, me preguntó, ¿de que son?, interpelé, de chorizo, bistec con papa, fríjol con queso y de machaca, me contestó. ¡Aun se me hace agua la boca!
Me quedó la idea de compartir esta experiencia en mi columna de El Mundo, esta es una oportunidad de aclarar que ser empresario no es tener dinero o ser connotado hombre de negocios, es la persona que emprende una acción de negocio, como la de vender burritos; también aprovecho para decir a través de esta columna que México trabaja, lejos de lo que los medios de televisión, prensa y radio nos han creado. México como cualquier otra nación tiene problemas de seguridad y esta escena de un padre y su hijo, en nada indica que México o más bien los mexicanos solo queremos, como decía Tín Tán el filósofo, “Dios mío no me des, solo ponme donde hay”
La creatividad, la necesidad, la falta de oportunidades, un gobierno o sistema aun con presidente de lujo, como es Peña Nieto, simplemente no funciona y más mexicanos tienen que hacer lo que José Parra de Tecate, Baja California, ser creativo, buscar nicho de mercados y orar para que el propio gobierno no lo moleste. ¡Cuidado porque viene Hacienda a frenar en vez de alentar!
Por cierto sus burritos son los originales, delgados tacos en tortilla de harina, no como los distorsionados burritos de este país, gordos llenos de masa, que al comerlos nos ensucian todo. Los Burritos originarios del estado de Sonora donde los Yaquis y Seris usaban carne de burro para secarla y comer con tortilla, estos suculentos tacos llamados burritos.
Es de admirarse la iniciativa de los Parra y de miles de vendedores ambulantes a los que se les cataloga como comercio informal, no es su deseo o su plan de vida, es simplemente la necesidad de hacer algo para el sustento familiar, pero al final son empresarios, tanto el hombre más rico del mundo, el mexicano Carlos Slim como lo es José Parra el de los burritos y ¿saben? ya hay a lo largo y ancho de México, miles y miles de José Parra, como dice Sergio Osorio, el de Michoacán, porque “la necesidad es la madre de la creatividad. ¡Vivan los burritos!
¡¡Animo!!
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