Lo de aquí... lo de allá: Diciembre me gustó...

Pa´que te vayas, dice la canción, pero para este servidor, más bien ya llegaron los festejos de diciembre, y con ello la oportunidad de aprovechar y quedarse con la familia, ver a amigos, convivir con vecinos, las aromas de la comida especial, buñuelos, pavo, pasteles, romeritos, mole, tamales... de todo a comer.

Que sea esta columna una dedicada a las heroínas anónimas de diciembre, las señoras de casa, las Madres que más parecen sacrificar en este mes toda la energía para cocinarnos y ver el como disfrutamos sus deliciosos platillos con una ligera sonrisa para después limpiar todo con esmero y orgullo. Estas mujeres que ahorran, que hacen rendir el dinero y listas en sacrificar todo por los hijos, nietos por esa gran satisfacción de hacer de un día o dos algo mega especial.

Pongo de ejemplo a la señora Vásquez de Las Vegas, esposa del inquieto Don Jesús Vásquez del puro Durango, hoy orgulloso nevadense allá en West Las Vegas, puedo deleitarme con el aroma de sus tortillas de harina en ese comal chueco, golpeado, pero con toque especial...

Aun recuerdo un diciembre muy frío en Las Vegas, frente a ese comal calientito con la tortilla de harina que con dedos mágicos la señora me la ofrecía, de inmediato untarle mantequilla y hum... que sabor maravilloso; este diciembre cuántas señoras Vásquez habrá y cuántos estaremos al frente de esos comales mágicos para el deleite.

Qué hermosos momentos como cuando mi madre Doña Adela también lo hacía, allá en Santa Rosalía, Baja California Sur o bien a la joven prima hermana de 92 años, de México DF, Graciela Navarro con sus exquisitos romeritos con pan birote, ¡wow!

Así que diciembre me gustó, no pa’ que te vayas,  pero para recordar a miles de madres jóvenes y no tan jóvenes, unas casadas, otras solteras, que ese día especial marcan memorias para el resto de nuestras vidas, el reto para todos es desde luego disfrutar esos momentos pero más aun, el agradecer a nuestro señor lo afortunado que somos. 

Una forma de compensar es no tomando en exceso, apreciar, pararse frente a la mesa y con voz fuerte, enfrente de todos, decirles lo que apreciamos ese mismo momento con un sencillo: GRACIAS a la esposa, madre, hija, hermana, comadre... te queremos, respetamos, y este momento quedará grabado por vida, ¡en Vida, Hermano, en Vida!

 

¡Ánimo!   Xavier@rivas.com

 

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