Toma 600 años biodegradar una bolsa de plástico, de esas que nos dan en los mercados y que después usamos para nuestra basura. Es un verdadero problema ecológico pues muchas de estas bolsas paran en el mar, ríos, lagos, desiertos de nuestros entornos naturales.
En California y otros estados se adoptan medidas para prohibir el uso de bolsas de plástico, ¿por qué?, sencillamente estas bolsas que son muy convenientes para las compras del mandado y que también las usamos en baños, botes de basura, están matando muchas aves y animales en general, pero también perjudican la naturaleza en general, sistemas de drenaje urbano, simplemente contaminando.
Hoy, ya hay bolsas biodegradables, pero no lo suficiente aun, como las llantas, su manejo después de una vida útil es casi imposible de manejarse, hay ya millones de llantas en depósitos clandestinos, se han generado muchas ideas y procesos para utilizarlas en distintas formas sin embargo no hay un uso suficiente.
Vivimos una vida de innovación continua, seguramente habrá ya procesos que den orden al uso de bolsas de plástico, pero hoy es lamentable ver bolsas de plástico en cada rincón de desiertos, mares, lagunas, y por cada ciudad donde uno visite.
Recién regresé de la hermosa península de Baja California, es dramático ver unos bellísimos lugares, por un lado un mar espectacular, voltear al otro, basura, sobre todo bolsas de plástico, solo piense lector que nosotros no vemos qué pasa con los kilos de basura que generamos al día, quién la recoge, dónde se deposita y cuántos terrenos requerimos para su almacenamiento y por cuanto tiempo, y aun cuando hay personas que seleccionan la basura y después se recicla mucha de ésta.
Nevada y sus bellezas naturales, sus desiertos, lagos están aun bien, sin embargo, hay tiempo para contemplar una legislación que prohíba el uso de plástico convencional para bolsas de plástico, o tal vez ya haya legislación o propuestas al respecto, que todos debemos apoyar.
La próxima vez que vaya al Mercado piense en esa bolsa que parece ya ser parte de nuestras vidas, ¡qué daño hacemos a nuestro futuro!