La Perspectiva Monteolivo: La crisis laboral silenciosa

En la actualidad los hombres de la clase obrera atraviesan una crisis laboral. Estados Unidos cuenta con aproximadamente 7 millones de hombres desempleados en la edad más productiva de un ser humano, o sea entre los 25 y los 54 años de edad, pero no se habla mucho de esta crisis en las noticias o en ninguna parte.

Datos oficiales revelan que el desempleo y los bajos sueldos resultan en más divorcios y familias fragmentadas, lo cual afecta a la sociedad de varias maneras.

Un hombre desempleado tiene más tendencias a sufrir problemas de salud y a deprimirse que un hombre con trabajo. Un hombre desempleado tiende a ir menos a la iglesia y a participar menos en actividades sociales, y peor aún, está más apto para caer en el uso de drogas ilícitas.

Con los adelantos en la tecnología, viene también el desempleo y ya se está viendo que en algunos restaurantes de comida ligera se están empleando a menos personas porque los trabajadores están siendo remplazados por robots. De esa manera los dueños evitan a los huelguistas que exigen $15 por hora y los empleados que faltan al trabajo con regularidad.

La nueva tecnología también está desplazando a los choferes de profesión y a los repartidores;  qué sucede con los vehículos automatizados que no necesitan conductor y los drones que reparten entre otros las pizzas, les están quitando paulatinamente los puestos a los humanos.

En la actualidad existen tres millones de conductores profesionales en EE. UU.; siendo este el empleo más común en la mayoría de los estados. El 90 por ciento de los choferes son barones; pero con eso de la nueva tecnología está a punto de perder sus empleos, lo que significa que muchos terminarán con familias fragmentadas afectando así de forma negativa a la sociedad.

El diez por ciento de la fuerza laboral estadounidense del género masculino está desempleada; habiendo menos oportunidades de empleo sobre todo para los muchachos más jóvenes.

Hay quienes dicen que la industrialización y la automatización se están convirtiendo en crisis y desastres económicos para los hombres de la clase obrera del país.

Interesante notar que cuando los sueldos de los hombre son más bajos que los de las mujeres, baja la tasa de los matrimonios.

Cuando un hombre gana menos que una mujer, automáticamente pierde su encanto y se le quita ese atractivo como candidato potencial para esposo. Además, fíjese usted que cuando un hombre gana menos o está desempleado, baja también la tasa de la natalidad y la fertilidad.

Pero fíjese lo interesante, datos oficiales revelan que cuando los hombres están desempleados o ganan menos que la mujer, se nota un aumento en la natalidad de hijos fuera del matrimonio; lo que ocasiona que esos niños tengan más probabilidades de crecer sin el padre y como resultado pasarán más penurias en la infancia y adolescencia, y como adultos ganarán sueldos más bajos. 

Los hijos que crecen sin la presencia del padre tienden a dejar los estudios a los 16 ó 17 años de edad sin graduarse de la preparatoria. Esos hijos tienden a experimentar con drogas ilícitas, a pertenecer a bandas e incluso a dedicarse a actividades delictivas.

Cuando una mujer se casa con un hombre que gana menos que ella o que está desempleado, ambos reportan menos satisfacción en el matrimonio y tienen más probabilidades de divorciarse que aquellas parejas que son más acomodadas, donde el esposo gana mejor y que viven en sectores de  mejor categoría porque se reportan menos divorcios.

Los sueldos bajos de los hombres son la fuerza principal para que una familia se disuelva y desafortunadamente esta crisis laboral silenciosa habrá de alcanzar a la comunidad hispana que de por sí ya es vulnerable.

 

Marlene Monteolivo: elmundomarlene@gmail.com

 

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