La Perspectiva Marlene Monteolivo

 

Lo que mata empleos y lo que muchos no reconocen

A lo mejor usted conoce algunas personas que han participado en las marchas y otras manifestaciones en Las Vegas, exigiendo que le aumenten a $15 dólares al pago mínimo por hora; pero esas exigencias podrían ser contraproducentes.

De acuerdo con datos oficiales ese aumento resultaría en la desaparición de muchos empleos, principalmente para los adolescentes y los trabajadores sin experiencia o con pocas habilidades y entre ellos hay muchos hispanos.

De lo que muchos no están enterados es que con eso de la crisis económica que empezó en el 2008 muchos trabajadores perdieron sus empleos y les tocó recurrir a trabajos de tiempo parcial.

Datos del gobierno federal revelan que para el primer trimestre de este año habían 6.7 millones de trabajadores empleados en plazas de medio tiempo por la necesidad de no encontrar plazas de tiempo completo y en contra de su voluntad. 

Esos datos también revelan que la fuerza laboral estadounidense se está reduciendo; una de las razones es que la población está envejeciendo y a muchos les ha tocado jubilarse mientras que otro porcentaje alto está incapacitado para trabajar. Ah, y no nos olvidemos de los que ya se dieron por vencidos y dejaron de buscar empleo.

Lo importante de notar aquí es que en lugar de que la generación de trabajadores mayores esté llenando las plazas de trabajo disponibles, estas últimas están desapareciendo porque a los empresarios les toca optar por no emplear trabajadores nuevos y cancelan permanentemente esas plazas “para economizar”.

No hay que olvidarnos que siempre les echan la culpa a los inmigrantes de quitarles las oportunidades de empleo a los estadounidenses, especialmente a los  adolescentes y a los adultos jóvenes.

Fíjese usted que para el primer trimestre del año en curso la tasa de desempleo para los adolescentes estadounidenses era del 17.5 por ciento mientras que para los trabajadores de raza blanca era del 4.7 por ciento, la de los estadounidenses negros del 10.1 por ciento y para los hispanos 6.8 por ciento. Me pareció muy interesante notar que hay más trabajadores de la raza negra desempleados que hispanos, esto, a pesar de todas las adversidades por las que pasamos.

Démonos cuenta también de que el obligar a los empresarios a subirles el sueldo a empleados que no tienen experiencia laboral como los adolescentes o que no tienen grandes habilidades desanima a los empleadores quienes se ven obligados a cerrar ciertas plazas con tal de no pagar los gastos que cada una de ellas representa.

Imagínese que usted fuera el dueño de un restaurante de comida ligera y que el gobierno le obligara a subirles el sueldo a $15 dólares por hora a sus trabajadores que ganan $7.25. Para hacerlo, ese dinero tendría que salir de alguna parte. ¿Verdad? Y a usted como empleador le correspondería asumir esa responsabilidad.

O sea, ese aumento vendría resultando en más del 50 por ciento en gastos en sueldos para su negocio, algo con lo que usted no contaba y que le tocaría sacarlo de alguna parte. Tal vez le tocaría aumentar el precio del menú, reducirles las horas de trabajo a sus empleados, o simplemente despedir a unos cuantos para que le pueda aumentar el sueldo a los restantes. De ser así, los empleados que se queden, terminarían haciendo el trabajo de empleados que fueron despedidos; como quien dice a cada uno le tocaría trabajar por dos o hasta por tres y ese aumento le saldría “muy caro” también al trabajador que reciba el aumento salarial.

Y lo principal, que la fuerza laboral se vería fuertemente afectada pues al disminuir las probabilidades de empleo, se verían afectadas muchas familias hispanas aquí en Las Vegas. Ah, pero no olvidemos de que habrán también menos oportunidades de empleo disponibles para los adolescentes que son quienes necesitan esa primera oportunidad para abrirse paso en el mundo laboral, para adquirir experiencia y aprender responsabilidad.

El costo del aumento en el sueldo mínimo tendrá que salir de alguna parte, y por lo general será el consumidor una de las partes que tenga que absorber el costo de ese aumento; eso sin olvidarnos que el mismo trabajador que reciba el aumento perderá muchas de las prestaciones con las que antiguamente contaba.

Esta es mi perspectiva, déjeme saber la suya.

 

Comuníquese con Marlene Monteolivo en: elmundomarlene@gmail.com o al (702) 985-1847.

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