La fuerte creación de empleo registrada en julio en Estados Unidos, con más de medio millón de nuevos puestos de trabajo, avala los argumentos del Gobierno de Joe Biden sobre la fortaleza del mercado laboral y rebate los augurios de una recesión en la primera economía del mundo.
Según datos publicados por la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS, en inglés), la tasa de desempleo, que llevaba cuatro meses en el 3,6%, bajó una décima en julio, hasta el 3,5 %, la misma cifra que en febrero de 2020, que supuso entonces un mínimo en 50 años.
Mientras, el número de desempleados bajó hasta los 5,7 millones, frente a los 5,9 millones que había registrados en junio.
Durante el pasado mes, la primera economía mundial logró crear 528 mil puestos de trabajo según esta estadística, que destaca que las cifras del mercado laboral estadounidense están ya en los niveles previos a la pandemia.
La creación de empleo es mucho mayor al promedio mensual de los cuatro meses previos (388 mil). Desde abril de 2020, el peor mes de la crisis provocada por la pandemia en términos laborales, se han creado 22 millones de puestos de trabajo.
Los datos de julio son mucho mejores de lo esperado y la continuada robustez del mercado laboral da un respiro al gobierno estadounidense, en pleno debate sobre si la primera economía del mundo está ya en un escenario de recesión, una tesis que desde el gobierno de Joe Biden se ha rechazado en todo momento, destacando precisamente la solidez del mercado laboral.
“Hoy, la tasa de desempleo coincide con la más baja en más de 50 años: 3,5%. Más personas están trabajando que en cualquier otro momento de la historia estadounidense”, apuntó este viernes Biden, minutos después de conocerse este dato.
En su opinión, el dato es el resultado de su plan económico “para construir la economía desde abajo hacia arriba y hacia el centro” y para “reconstruir la clase media”.
“Hay más trabajo por hacer, pero el informe de empleo de hoy muestra que estamos logrando un progreso significativo para las familias trabajadoras”, añadió el presidente.
Así, con estas cifras se contrarresta el dato del producto interior bruto (PIB), que cayó un 0,2 % en el segundo trimestre, la segunda bajada trimestral consecutiva, que hizo entrar al país en una recesión técnica, según la definición tradicional de los economistas.
Este retroceso se produjo motivado por la inflación desbocada y por la interrupción de la cadena global de suministros, fuertemente afectada tanto por la pandemia (con China todavía afrontando cortes y cierres por los brotes de coronavirus) como por la guerra de Ucrania.
En el segundo trimestre la inflación aumentó en el 8,2 %, después de crecer el 8 % en el primer trimestre, una situación que provocó que la Reserva Federal subiera la semana pasada los tipos de interés en 0,75 puntos por segundo mes consecutivo.
Aunque el crecimiento del empleo en julio fue generalizado, los sectores donde más aumentó fueron el ocio y la hostelería, además de los servicios profesionales y empresariales y la sanidad.
En el sector privado se han creado 629 mil puestos de trabajo con respecto a febrero de 2020, aunque varios sectores aún no se han recuperado. Mientras, el empleo público ha perdido 597.000 puestos con respecto a la pandemia.
La BLS ofreció además una radiografía de los desempleados e indicó que el número de personas que perdieron el empleo permanente se situó en 1,2 millones en julio y continuó su tendencia a la baja durante el mes, con 129 mil personas menos que en febrero de 2020.
El número de personas en paro temporal se situó en las 791.000 en julio, cambió poco con respecto al mes anterior y ha regresado a su nivel previo a la pandemia.
El número de parados de larga duración (aquellos sin trabajo durante 27 semanas o más) se redujo en 269.000 en julio hasta los 1,1 millones, el mismo nivel que en febrero de 2020. Los desempleados de larga duración representaron el 18,9 por ciento del total de desempleados en julio. Washington (EFE)