La Columna Vertebral El Grito de Dolores

El Grito de Dolores es uno de los pasajes más representativos de la historia de México, toda vez que marca el arranque de la guerra de independencia.

 Al grito de “Viva la Virgen de Guadalupe”, el cura Miguel Hidalgo y Costilla detona en la mañana del 16 de septiembre de 1810, en el pueblo de Dolores, en el estado de Guanajuato, el movimiento de independencia de México, que concluiría exitosamente, después de muchos sufrimientos, en 1821.

La tradición de El Grito se preserva hasta nuestros días durante las celebraciones independentistas de México, como reafirmación de la soberanía mexicana y como una de las tradiciones más arraigadas en la conciencia colectiva de los mexicanos dentro y fuera de México.

Pero conforme celebramos el Mes de la Herencia Hispana en los Estados Unidos, del 15 de septiembre al 15 de octubre, quiero referirme al otro Grito de Dolores, al exhorto elocuente de la legendaria luchadora social de las causas de los hispanos más vulnerables, nuestra venerable Dolores Huerta.

Infatigable guerrera, Doña Dolores estuvo en Washington para recibir otro más de los innumerables y merecidos reconocimientos a sus esfuerzos a favor del empoderamiento político de los latinos, una lucha que ha ocupado prácticamente toda su vida y a la que dedica su energía infinita.

Hace varios años había tenido oportunidad de entrevistarla para La Red Hispana. Tenía yo la curiosidad de conocer los pormenores de su lucha al lado de Cesar Chávez en los campos agrícolas de California en los 1960’s. Cortés, pero firme, Doña Dolores atajó mi insistencia:

“Vine a hablar del futuro, no del pasado”, me dijo con un esbozo de sonrisa.

Con esa misma claridad de espíritu, Doña Dolores no llegó a Washington a un recorrido por la calle de la nostalgia. Vino a depositar aquí un mensaje sencillo y poderoso para todas las latinas y los latinos de Estados Unidos: Sólo con el voto se pueden detener las políticas de hostilidad del presidente Donald Trump contra los hispanos.

En su opinión, existe un gran “peligro” si los republicanos retienen el control de la cámara de representantes y del Senado, pues considera que podrían eliminar muchos de los programas que beneficien a los latinos, especialmente en materia de salud. 

Doña Dolores Huerta sólo pide que los latinos crean en sí mismos, en el poder de su voto para ser los dueños de una historia propia, justa y digna. Nada más, nada menos. 

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