Aunque muchos se niegan aceptarlo es obvio que con la edad la mayoría de nosotros poco a poco vamos perdiendo las pocas facultades que se nos otorgaron.
Desde que era un buquillo me gustaba escribir, quizá eran cosas sin sentido como las que hoy escribo, pero eso era para mi de mucha satisfacción y me jacto al decir que siempre he tenido una mente muy abierta, principalmente, para las cosas que para muchas gentes son vulgaridades.
Siempre he sido una persona muy lepero, mal hablado, y aunque para mi todo esto es muy jocoso, puedo hablar con toda sinceridad, y al mismo tiempo tratar de entretener a quien lo lea, eso para mi es una satisfacción tremenda, claro es que no todo lo que escribo causa gracia, pues muchas veces ofendo a algunas personas, y aunque mis intenciones sean el de jalarles las orejas a una sola persona hay muchos pendejos que se acomodan el saco y es por lo que se ofenden....
Pero todo esto se está acabando, pues ya la mente no capea las ondas como lo hacía antes, reconozco que anteriormente sólo necesitaba un pequeño motivo para poder escribir varios artículos, en la actualidad las musas ya no acuden a mi y se está perdiendo la inspiración, y es lógico pues todo por servir se acaba, y tenemos que aceptar que ya estamos caducando. Sin embargo, no vamos a dejar de tratar de hacer algo pues como dijo La Doña, si no hay parque pues échenles madres que esas también duelen...
Y lo dicho, dicho está... ¿Miento o estoy en lo cierto?
Cascabel dice:
Nada ni nadie es eterno en esta vida.
Epigrama
Todo por servir se acaba,
Lo que comienza termina,
Donde antes había un chorro,
Ahora nada germina.
Cuando hay juventud,
Hay ideas a caudales,
Mas cuando entra la vejez,
Se acaban esos ideales.
Nada hay eterno en la vida,
Todo tiene su final,
Y si empezó y tuvo uso,
Pues tiene que terminar.
Mas no hemos caducado,
Y ni darnos por vencidos,
Mientras nos dejen estar,
Aún no estamos jodidos.
Si algo a usted se lo olvida,
Y cree usted que no está cuerdo,
La única solución, es, es, es...
Ah, cabrón, ya no me acuerdo.
