Entre un mar de contradicciones... Nació la revolución

No faltan quienes aseguran que bajo la presidencia de Porfirio Díaz, que dicho sea de paso se extendió por más de tres décadas, México avanzó en lo concerniente a vías férreas, mejoró la telegrafía, las exportaciones crecieron de manera considerable, y por si fuera poco el mandatario emitió un decreto para crear la Universidad Nacional de México.

Todo lo anterior es bueno, muchos hablan de las huellas de Porfiriato, es un legado significativo... la ciudad de México se comparaba -en belleza- con las más adelantadas y modernas ciudades del viejo continente.

Fueron ostensibles los avances económicos, arquitectónicos... quizás la respuesta radique en las inversiones extranjeras que por aquella época, a partir de 1877, alcanzaron cifras que antes ni soñarlas. Se benefició mucho el comercio con Estados Unidos, Europa y el Caribe.

El desarrollo desigual dentro del país, con un Norte que mostraba una economía diversificada, un nivel de alfabetización a tener en cuenta, territorios prósperos, además de la crisis internacional con el consiguiente retiro de capital y descenso del precio de las exportaciones, fungieron como detonantes de la revolución iniciada  el 20 de noviembre de 1910.

Lo apuntado en párrafos anteriores, no puede desconocerse, estaba ‘sazonado’ por los derechos usurpados a los mexicanos, la expropiación de tierras, que es un tema ligado a la historia del vecino país. 

La revolución estuvo impulsada en gran medida por las injusticias sociales, la explotación de la gente menos favorecida, mientras la cúpula gobernante favorecía a los privilegiados, y las jornadas laborales se extendían a 12 horas. Todo esto era sin dudas un caldo de cultivo propicio para el descontento, una especie de bomba de tiempo, un proceso de ebullición. 

Naciones como Estados Unidos, Inglaterra, Francia, España, se apoderaron de las tierras mexicanas con el beneplácito del gobierno.

Francisco Madero encabezó la revolución  que consiguió el triunfo en 1911, sin embargo las contradicciones afloraron casi de inmediato, y líderes como Emiliano Zapata no se cruzaron de brazos, volvieron sobre las armas.

Y sucedió lo que muchas veces -en diferentes escenarios- un tercero, Victoriano Huerta, se las ingenió para protagonizar un golpe de estado. 

Apenas asumió la presidencia Huerta, las discrepancias, el descontento, las ansias de lucha armada como salida, trajeron consigo a figuras como Francisco ‘Pancho’ Villa. Los pobres no veían resueltos sus problemas, reclamaban, pero... ¿cuándo se ha visto que los ricos y acomodados ceden?

Como espectador que espera el momento oportuno, Estados Unidos intervino y se apoderó de Veracruz en 1914, esgrimiendo sentirse ofendido por el presidente Huerta.

 

Para estudiosos de la revolución mexicana, ésta ha sido un proceso largo marcado por la opresión, las diferencias, alzamientos, traiciones y asesinatos, además de figuras que han desempeñado un rol prominente y marcan la historia de una nación tan hermosa como extensa. 

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