Ejército reconoce que toleró ambiente de abuso sexual tras muerte de Guillén

El Ejército de Estados Unidos relevó o suspendió a 14 oficiales, incluidos dos generales, tras la investigación del asesinato de la soldado Vanessa Guillén que dejó en evidencia una cultura castrense que tolera el acoso y el abuso sexual, según anunció el Pentágono.

El secretario del Ejército, Ryand McCarthy, dijo en una conferencia que la investigación identificó "graves fallas en los mecanismos para atender las denuncias de acoso y abuso sexual, y un clima que tolera esos abusos", y afirmó que en marzo entrará en vigor un nuevo sistema para atender esos casos.

"Estoy profundamente decepcionado porque los mandos no han tratado a los soldados con el debido respeto", añadió el funcionario, quien destacó las nuevas normas para el manejo de los casos de acoso y abuso sexual y para la localización expedita de los soldados ausentes.

Entre los oficiales sancionados figura el general Scott Effland, quien estaba al mando de la base de Fort Hood cuando Guillén desapareció.

El Ejército ya dejó en suspenso la transferencia de Effland a Fort Bliss, donde iba a ser promovido como comandante de la Primera División Blindada, un paso importante en la carrera de un oficial militar.

También ha sido disciplinado el general Jeffrey Broadwawer, comandante de la Primera División de Caballería en Fort Hood, la mayor base militar de EE.UU. en el mundo al albergar más de 45 mil  soldados en un predio de 87 mil  hectáreas al sur de Austin, Texas.

El comandante de la base, general Pat White, no encara sanciones administrativas pues estuvo asignado a Irak por la mayor parte de este año, y por eso Effland estaba a cargo de Fort Hood cuando Guillén desapareció.

Guillén, de 20 años de edad, fue vista con vida por última vez el 22 de abril y los restos de su cuerpo mutilado fueron hallados cerca del Río León el 30 de junio, semanas después de que su familia denunció la desaparición de la joven, que les había comentado que era víctima de acoso sexual en la base.

La muerte de Guillén y lo que su familia ha denunciado como negligencia en la investigación castrense llamaron la atención pública acerca de la persistencia del acoso sexual en el seno de las Fuerzas Armadas y en los medios sociales se publicaron numerosas denuncias de ese abuso

Otro soldado, Aaron Robinson, de 20 años, principal sospechoso en la muerte de Guillén, se suicidó el 1 de julio cuando la policía iba a detenerlo. Asimismo las investigaciones llevaron a la detención de Cecily Aguilar, de 22 años, la novia de Robinson acusada de ayudar al sospechoso en la disposición de los restos de Guillén.

Los familiares de Guillén se reunieron en la Casa Blanca con el presidente Donald Trump, quien prometió que insistiría en una investigación plena del caso que, además, llevó a la presentación en el Congreso de un proyecto de ley para la protección del personal militar víctima de abusos.

McCarthy había ordenado a mediados de julio la formación de una comisión investigadora encabezada por cinco civiles que por meses entrevistaron a unos 2.500 solados y revisaron documentación en Fort Hood.

El informe de los investigadores determinó que los oficiales de Fort Hood no manejaron de manera apropiada el acoso y el abuso sexual en la base, y que los investigadores militares no tienen la instrucción adecuada ni los recursos suficientes para investigar crímenes sexuales y muertes de soldados.

"Ningún general comandante o comandantes de rangos subordinados eligió intervenir de manera activa y mitigar los riesgos conocidos de crimen, asalto sexual y acoso sexual", sostuvo el informe.

Este año al menos 31 soldados en esa base han muerto en circunstancias violentas o en accidentes.

Según McCarthy, Fort Hood tiene algunas de las tasas más altas de homicidio, acoso y abuso sexual en el Ejército, y un informe del Departamento de Defensa en 2018 indicó que los asaltos sexuales en las fuerzas armadas se habían incrementado en los dos años anteriores.

"Las deficiencias se extienden asimismo a los casos de soldados desaparecidos, un escenario en el cual nadie reconoce las omisiones en los procedimientos de revista, y los oficiales no comisionados no están dispuestos o carecen de la capacidad para llevar la cuenta de sus subordinados", indicó el informe de los investigadores.

La representante federal demócrata Sylvia García, copatrocinadora del proyecto de ley para proteger al personal militar, emitió un comunicado en el que aseveró que el informe "es solo un primer paso para asegurar que lo que le ocurrió a Vanessa Guillén no le ocurra nunca a otro soldado”.

Señaló que el informe “no determinó quién en la estructura de comando fue negligente en el caso de Vanessa”, y que la investigación “no aborda la necesidad de tener una vía independiente y confidencial para reportar la violencia sexual” en las fuerzas armadas.

Finalmente, anunció que en la audiencia del miércoles del subcomité de Personal Militar de la Cámara de Representantes preguntará al Ejército cómo abordará estos temas.

En tanto, durante una rueda de prensa en Houston, Texas, Mayra Guillén, hermana de Vanessa, aseguró que los familiares están “satisfechos” con el reporte de la investigación del Ejército, pero que seguirán pidiendo que se lleve ante la justicia a los responsables de la muerte de la joven.

“Para mí esto es un paso; faltan varios. Quiero que se descubra qué fue lo que realmente pasó con mi hija. Fue un ser humano inocente. Fort Hood es lo peor”, dijo a su vez Gloria Guillén, madre de la soldado, quien asegura que a pesar de las sanciones ella lo que pide es que los responsables sean encarcelados. Los Ángeles (EFE)

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