El que tiene salud tiene esperanza; el que tiene esperanza lo tiene todo
En los últimos meses las palabras virus, pandemia, han cobrado una dimensión colosal, dado los terribles efectos del Covid 19, aparejado a la utilización de las redes sociales como nunca antes.
El hecho de que víctimas del Covid 19 hayan fallecido cerca de tres millones de personas en el mundo -más de 556 mil en los Estados Unidos-, llama a la reflexión. El pasado miércoles 7 se celebró el ‘Día Mundial de la Salud’.
¿Cuántas veces se ha dicho, escrito, gritado a voz en cuello que la salud es lo primero, lo primordial, no tiene precio? Tantas que muy pocos -o nadie- sabe contar hasta ese número.
Pero, ¿se adoptan las medidas dirigidas a prevenir, a mantener una buena salud, a comer sano, a alejar el estrés, a llevar una vida emocionalmente saludable? Lo más probable (lamentablemente) es que la respuesta sea negativa.
Se puede saber mucho de medicina, de la importancia de los ejercicios físicos, de dormir plácidamente, de lo dañino que resultan las bebidas alcohólicas, sin embargo la alimentación es un aspecto que no puede ponerse a un lado, comer sano, de manera balanceada, a las horas indicadas, no acostarse con la molestia que causa la llenura, es sencillemente PRIMORDIAL.
Y a lo anterior se une, con un peso extraordinario, la higiene.
Pues el 7 de abril de 1948 se funda la Organización Mundial de la Salud. Y es precisamente la OMS quien argumenta que la higiene personal es el grupo de medidas que deben cumplirse -individualmente- para mantener una presencia física aceptable, un óptimo desarrollo, y lo que es mejor, un adecuado estado de salud.
Se entiende como higiene todo lo que se haga para estar limpio, y la higiene personal es el concepto básico del aseo, la limpieza, el cuidado del cuerpo. La higiene es indispensable para tener una buena salud.
Es imprescindible enseñar a los niños hábitos correctos de higiene, esos mismos hábitos lo acompañarán toda su vida. En la casa, en la escuela, en el trabajo...
Y lo concerniente a la salud es un concepto amplio, desde lo general hasta lo particular, la salud del cabello para que se vea sano y brillante, de los ojos, de las vías respiratorias, la salud bucal, del estómago, de los genitales, de la circulación sanguínea, de los pies, las uñas... y nada debe descuidarse, en bien de la salud, de lo más preciado.
Desde marzo del año pasado se insiste -tal vez como nunca- en lo relevante del lavado de las manos, del uso de las mascarillas, del distanciamiento social, de desinfectar, para evitar contagiarse... está en juego la vida, y entonces se puede ser más -o menos – receptivo, sin embargo nadie tiene el derecho a poner en juego la vida de quienes lo rodean.
No eche en saco roto nada que tenga que ver con la prevención de enfermedades, con evitar contagios. Cuide su salud.