Editorial: Unidad, una herramienta vital

“Hay que unirse, no para estar juntos, sino para hacer algo juntos”   - Donoso Cortes

Alguien lo dijo recientemente: ‘entre los hispanos debemos ayudarnos’. La frase, por si misma, cobra una fuerza extraordinaria. Debe resistir -resiste- el paso del tiempo, pero (por qué siempre tiene que haber un pero), hasta dónde se pone en práctica.

¿Se apoyan los connacionales? ¿Se alientan para salir adelante? ¿O prefieren hacer valer la vieja historia del cubo y los cangrejos?

En Primera de Corintios 1:10, se advierte en nombre de Jesús: …los exhorto a que se pongan de acuerdo, que no haya divisiones entre ustedes y vivan en perfecta armonía.

Lo anterior de cierta forma se traduce en no ponerle zancadillas al vecino, al amigo, al compañero de trabajo, al que quiere superarse, hacer las cosas mejor, por el contrario. Es preciso desterrar la envidia, la apatía, la falta de solidaridad.

Tal como -se supone- se insta a los niños, a los adolescentes a estudiar, a aprender (hasta le argumentan que un bolígrafo pesa menos que una pala), se debe alentar al que abrió una florería, un pequeño restaurante, una barbería, al pintor que prepara su expo, al músico que ofrecerá un concierto, al que abrió una ponchera, o al joven que se matricula en una escuela de estética...

Se impone la unidad, la misma de que ha hecho gala el Winchester Dondero Cultural Center para limpiar el jardín o sembrar árboles. Y claro, la palabra mágica: GRACIAS. La unidad lo puede todo. O casi todo. REACH también es un ejemplo de unidad. De logros.

En tal sentido los grupos comunitarios pueden hacer mucho en lo concerniente al apoyo. Las personas, sin importar nacionalidad ni sexo, creencia religiosa, necesitan junto (al casi imprescindible renglón económico), palabras de aliento, motivacionales, de reconocimiento, éstas fungen como ‘una palanca’ que impulsa a hacer más y mejor, a consolidarse.

Todos los trabajos son dignos, y los hispanos han demostrado -de manera reiterada- que a la hora de trabajar son de los primeros, en la limpieza, la construcción, la cocina, en el expendio de alimentos, en poner hermoso un jardín, en guiar a un colectivo, dirigir un negocio, impartir clases, ofrecer talleres.

En el arte también sobresalen los hispanos -danza, música, pintura, en literatura, fotografía-; que poco hubiera conseguido Karla María Villalobos-Cárdenas sin la unidad dentro de su Grupo Folklórico, o Román Lizaola con su Ballet Izel.

Desde hace más de un año la literatura hispana en el valle vive o experimenta un repunte, pasan de una docena los escritores que han visto publicada su obra: poesía, novelas, cuentos. Qué bueno. Toca hacer gala de unidad, y eso alcanza también a las autoridades. Propiciar la organización de eventos.

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