Editorial: Unas líneas a las del amor infinito

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La vida no viene con un manual... viene con una madre

Una vez más llega la fecha del agradable ‘dolor de cabeza’, el momento de escoger los textos enviados al concurso al que cada año convoca el periódico El Mundo para felicitar a mamá.

Son textos muy sentidos, cada concursante expresa el amor a su madre de diferente manera, pero siempre con palabras cariñosas, algunos recuerdan anécdotas, situaciones difíciles en que ha salido a relucir el amor, el cariño, el sacrificio inmenso de las madres.

Es un día precioso este dedicado a las madres, a las del amor eterno, sea 10 de mayo o el segundo domingo del mes, bien lo dijo José Martí “toda madre debía llamarse maravilla”.

Concurso al fin hay que escoger los tres primeros lugares, pero es válido reconocer que cada texto trae consigo, en cada línea, en cada palabra, el amor que mamá se gana por derecho propio. Resultaron ganadores: Hermilia Carrasco, Orfelina Duharte y María Gudiño, quienes de manera ‘fresca’ a veces chispeante, resaltan su amor a mamá.

Resulta difícil ser original cuando se escribe sobre las madres, pues se ha escrito y platicado mucho acerca ellas, de su amor sin límites (y nunca será bastante), dada su entrega, su capacidad de sacrificio, todo ello sin pedir nada. 

De todos los regalos que la vida tiene que dar, una buena madre es el más grande de todos.

Personalidades del mundo entero han hecho, en determinado momento, un alto en sus múltiples ocupaciones para dedicar frases de amor a quien los (as) trajo al mundo. Abraham Lincoln, figura imprescindible en la historia de los Estados Unidos, del que fue presidente, escribió: “Todo lo que soy o espero ser se lo debo a la angelical solicitud de mi madre”.

Cualquiera al referirse al corazón pudiera mencionar la circulación de la sangre, la vena aorta, sin embargo es incuestionable que el corazón de una madre está lleno de perdón, es el meas hermoso lugar para un hijo, y eso la distingue, la hace única.

Se trata del corazón con que quieren ellas sin esperar nada, porque se trata de la ternura más desinteresada y verdadera.

Este poema lo encierra todo cuando del amor de madre se trata: Toma esta flor/le dije a una paloma/y llévasela al ser que más me quiera/y dile que es la flor de más aroma/de todas las que adornan las praderas.

Al momento pensé que el ave iría/a llevarle esta flor a mi adorada/mas la dejó sobre al tumbra fría/donde yace mi madre idolatrada.

El mensaje es que aun después de fallecidas, de no estar físicamente, las madres siguen queriendo, no cejan en dar amor.

A los concursantes el agradecimiento por participar, por enviar textos muy sentidos. A las madres del valle la felicitación y el abrazo inmenso de los dueños y empleados del semanario El Mundo.

Alguien dijo: “Sabes que eres una madre cuando vas a  una tienda a comprarte algo y sales con bolsas llenas de cosas para tus hijos”.

 

Felicidades Mamá 

 

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