Editorial: Una gesta libertaria de 207 años

El Grito de Dolores (16 de septiembre de 1810), se convirtió en un llamado a empuñar las armas para luchar por la independencia de México; a partir de aquel relevante suceso, Miguel de Hidalgo y Costilla se convirtió en el líder de un levantamiento popular, que envió un mensaje alto y claro a las autoridades coloniales: México tiene hombres dispuestos a dar la vida -o mejor aún-, pelear por ella, antes que seguir arrodillados, como bien lo entendió 100 años después Emiliano Zapata. Lo acompañaban Ignacio Allende y Juan Aldama, entre otros héroes.

Un aspecto relevante es que contrario a lo que se ha visto muchas veces, no había en Hidalgo y Costilla interés alguno de poder o la defensa a ultranza de los privilegios de unos pocos, imperaba en él la justicia social. Mostró el inicio de un proceso a resolver por la vía de las armas. ¿Hay alguna otra?, sigue siendo la incógnita de nuestros días.

Aunque aquella admirable acción de “El Grito” no condujo al triunfo definitivo -la independencia se alcanzó 11 años después-, sin embargo marcó el inicio de un largo y tortuoso camino. El tañir de las campanas no fue el tradicional llamado a misa, fue una muestra de patriotismo, de dignidad, demostrativo del ansia de independencia. Fue como decir “no podemos permitir que alguien venga de lejos a mancillar la patria”. La guerra por la independencia mexicana parece que no se terminó de sellar, todavía da la impresión de que los mexicanos, sólo cambiamos de dueño.

Al imperecedero ejemplo de Hidalgo y Costilla, Allende, Aldama, se unieron los de José María Morelos y Pavón, Vicente Guerrero, Josefa Ortiz de Domínguez, Agustín de Iturbide, Leona Vicario, Francisco Xavier Mina y Guadalupe Victoria, entre otros héroes, cuya memoria no puede morir. La muerte no es verdad cuando se ha hecho bien la obra de la vida.

Resulta encomiable que por estos días se respire dentro de la comunidad hispana de Las Vegas un ambiente festivo, de marcado carácter histórico, así debe ser, sencillamente porque “Honrar, honra”.

La celebración de la independencia mexicana en el valle de Las Vegas, acompañada del tradicional Grito que perpetúa la memoria del Cura Hidalgo y sus valerosos compañeros, es algo tradicional que data ya de mucho tiempo, e involucra no sólo a los mexicanos.

Pero a los héroes, a la historia patria, no se le recuerda sólo con fiestas, bailables, venta de comida, atracciones, lo cual es digno de reconocimiento y exige participación.

Lo más importante para recordar a quienes dieron patria, es empeñarse en ser mejor cada día en la actividad que se realiza, sea como estudiante, trabajador, líder comunitario.

 

¿Qué se puede hacer por la familia, por los vecinos, por la comunidad, por los compañeros de estudio y trabajo? Es la pregunta a responder cada día. A los héroes se les recuerda dando lo mejor de sí, convirtiendo cada meta en un punto de partida para llegar más lejos. Así de sencillo. Todo lo demás es irrelevante.

 

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