Editorial: Una especie de cielo en la tierra

La familia no es algo importante... lo es todo

Este sábado 15 es el ‘Día Internacional de la Familia’. Se dice fácil, pero como bien dice el exergo, la familia lo es todo.

La Biblia, en Génesis 1:27 y 28, resalta: Hombre y mujer los creó Dios, y les bendijo con estas palabras ‘sean fructíferos y multiplíquense’.

Con la celebración se pretende crear conciencia sobre el destacado rol que deben desempeñar las familias en la educación de los hijos, desde la más tierna infancia, sin desaprovechar un instante para enseñar a amar, respetar, a convivir en familia y en sociedad.

El ‘Día Internacional de la familia’ se celebra desde 1994 -fue proclamado un año antes-, a instancia de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Por encima de todo se trata de rendir merecido homenaje al afecto, a la comprensión, la tolerancia, el amor que fusiona a los integrantes de una familia, indudablemente son elementos, aspectos primordiales para el desarrollo saludable de las personas.

La familia resulta, destacan las Naciones Unidas, una figura clave, de primer orden, incluso en el aspecto emocional; no por gusto se llevan a cabo campañas para resaltar las necesidades, valores, las buenas costumbres que deben predominar en cada familia, más que todo por el bien de los niños, de manera que incida en el crecimiento sano de todos los miembros de ese grupo social.

A pesar de los efectos negativos del Coronavirus, ya hay ciertas flexibilidades que permiten a los miembros de la familia celebrar como tal... se puede ver una película juntos, visitar un parque, ir a un restaurante (siempre cumpliendo los protocolos de salud)..., además siempre será objeto de beneplácito ir a ver a los abuelos, a los padres.

Compartir en familia tiene mucho que ver con eso que muchos llaman FELICIDAD, abrazarse, ‘ponerse al día’ sobre tantas cosas que han sucedido y las que pueden pasar, disfrutar de los frijoles o del flan que hace la abuela, la mamá, platicar de aquella fiesta.

Todos coinciden en que la familia es exactamente eso, el núcleo más relevante de la sociedad, resulta en extremo importante ‘sembrar’ lazos de afecto, de cariño, atender, llamar por teléfono, mostrar preocupación por los mayores -y no tan mayores-, decirle a los demás cuánto se les quiere y estima, lo que significan, y que están para lo que haga falta. Así de sencillo.

Durante las reuniones familiares, o a solas, es conveniente platicar, decir una y otra vez que lo que hace una familia unida no es la sangre, es el corazón, por eso en ese excelente núcleo te quieren y te aprecian tal como eres.

El amor es fundamental, una familia amorosa aceptará a sus integrantes como son, aunque en ocasiones no esté de acuerdo con las acciones o las palabras de uno de ellos, eso es secundario, lo importante es dar y recibir amor, demostrar con hechos la unidad de la familia.

 

Es reconfortante poder decir: Gracias familia por estar siempre y ser todo corazón, hacer mi sonrisa más brillante.

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