Editorial: Un mundo nuevo en el salón de clases

El lunes 14 miles de niños en la ciudad volverán a clases o conocerán la escuela -y a su maestra o maestro- por primera vez, darán un paso trascendental en sus vidas, que los llevará a aprender a leer y escribir, a contar con fluidez.

Ellos son el futuro de Nevada.

Juntos representan uno de los distritos escolares más poblados de la nación.

Las autoridades del Distrito Escolar del Condado de Clark se preparan para iniciar una batalla más, una lucha por la excelencia académica, una permanente batalla contra todas las adversidades que nos han colocado en los últimos lugares a nivel nacional.

En casa, a muchos niños sus padres les enseñaron a saludar, a dar las gracias, a respetar a los mayores, en la escuela les enseñarán a pronunciar correctamente, a leer, a contar, entre otras cosas.

Para ellos el camino empieza dentro de un salón de clases. Desde allí empezarán a ascender en la escalera de la excelencia académica.

A más de un padre y una madre se le saldrán las lágrimas, emocionados. Lo rápido que pasa es el tiempo, ayer Xavier, Sabine Marie, Alex Peláez, Betsúa, Damaris y Hellen García, entre otros, eran pequeñitos, hoy apuran el paso para llegar a la escuela, buscan con los ojos a sus amiguitos y junto con el saludo al lábaro patrio regalan un beso a sus profesores. Otros en la universidad buscan su salón de clases, los nuevos compañeros, el ambiente universitario donde se adquiere conciencia de que la educación no tiene precio, pero definitivamente es la mejor inversión que se puede hacer.

Es la herencia que muchos dejan a sus hijos. Es la mejor herencia, a falta de bienes materiales.

Los días previos al inicio de clases han sido muy ajetreados, los nuevos maestros han recibido orientación sobre el método que deberán utilizar para enseñarles a sus alumnos, muchos profesores fueron traídos desde países tan lejanos como las islas Filipinas; las necesidades del distrito se repiten cada ciclo escolar, la escasez de docentes es tan cíclica que sería buena idea implementar incentivos a jóvenes para que estudien la sagrada labor del maestro. Hay que invertir en los talentos locales, quienes conocen de primera mano las necesidades de las escuelas locales, que han padecido el retraso tecnológico y administrativo, y que pudieran aportar -por ello- nuevas y novedosas ideas para la enseñanza.

Muchos logros se han dado en la legislatura para que la educación progrese en el estado, los bonos escolares no prosperaron porque beneficiaría a un sector privilegiado de la población, ello en detrimento de la mayoría. Sin embargo estamos seguros que en la próxima sesión legislativa volverán a proponer su implementación, esperemos que para entonces, los recursos con que cuenta el distrito empiecen a dar resultados positivos y con ello, empecemos a ver cómo ascendemos en la tabla general.

Con buenas calificaciones iremos subiendo el nivel de nuestro sistema educativo, que por momentos se asemeja a un monstruo de mil cabezas, tan complejo y difícil de entender, como compleja la solución.

Empecemos por hacer nuestra tarea; padres, maestros y alumnos de manera conjunta.

 

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