Editorial: Un domingo para celebrar a papá

La vida no viene con un manual de instrucciones, viene con un papá...

Andan a tope los preparativos de la fiesta, este domingo es el Día de los Padres. 

Muchos buscan regalos para papá, abuelo, tíos, sin reparar en que quizás el homenajeado solo quiere que le dejen -como hace cuatro años- tener control del control del televisor y disfrutar la Copa Mundial de Futbol.

Hace mucho quedó atrás eso de que mamá es una (con sobradas razones) y papá es cualquiera, esto último es un error tan grande como una casa. Los dos hacen falta, cada uno desempeña un rol, y juntos pues mucho mejor. Nadie quiere una familia disfuncional, sin la figura paterna. La falta de uno de los dos puede ser el origen de muchos problemas.

Este tercer domingo de junio (no se le ocurra a nadie hablar de favorito para el partido Alemania-México), es una excelente oportunidad para decirle a papá lo mucho que se le quiere, lo que significa para cada uno de sus hijos, y no hace falta un regalo caro ni mucho menos. “Yo te amo papá, te quiero, nunca te olvido, te agradezco”, son palabras hermosas, sentidas, que pueden muy bien adornar una tarjeta, lo más importante es que la fecha no pase por alto.

Como a las madres, todos los días son magníficos para abrazar a papá, decirle: eres el mejor, mi número 1, valoro mucho tu cariño y todo lo que haces por mi, quiero tenerte siempre a mi lado, no por gusto eres mi súper héroe, mi mejor amigo, vivo orgulloso de ti... le doy gracias a Dios por darme un padre como tú.

Este domingo no escatime, dígale a papá cuanto lo quiere, agradezcale su apoyo, sus consejos; claro que algunos hijos son más expresivos que otros, unos prefieren abrazar, mandar una tarjeta, otros optan por invitar a cenar, o llegan a casa con cervezas, tacos, en voz alta se les escucha decir: papá, vengo a pasar un rato contigo, si tengo suerte aquí podemos ver el futbol.

Otros hijos, los más pequeños, se agarran de una de las piernas de papá y apuntan: papá dame tu mano, no te vayas, llévame contigo, cárgame... esas palabras van directo al corazón, estremecen hasta a los padres más ‘machotes’.

Quienes lamentablemente ya no tienen a su papá al lado o lejos, tampoco deben dejar pasar la ocasión para reiterar: papá no estás a mi lado pero quiero que sepas que te recuerdo todos los días, extraño tus consejos, me haces mucha falta, para mi eras un sabio, te las sabías todas.

Es también un día propicio para reparar en todo lo aprendido al lado de papá, ya se sabe que un buen papá vale por varios maestros, sin que éstos se sientan ofendidos... sin dudas es una buena riqueza ser el hijo de un buen padre. Los hijos dejan un día la infancia, la adolescencia, sin embargo los padres no dejan nunca la paternidad, por eso resulta tan difícil comprender porqué a los padres se les dedica un día y ellos se dedican todos los días a sus hijos.

Muchos siempre aseveran que papá es el que da la vida, y ese es otro error, papá es el que da amor, el que está siempre para escuchar y aconsejar, el que pretende que sus hijos sean mejores que él.

 

Este domingo pórtese a la altura que papá espera, no use su máquina de afeitar, y por favor, préstele el control del televisor, tan solo por un mes. Muchas felicidades.

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