Editorial: Transición presidencial y el Covid 19

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Cuando mayor es la dificultad hay mayor gloria al superarla

 

El pasado lunes 23, tres semanas después de las elecciones, el presidente Donald Trump aceptó -a regañadientes- que iniciara el proceso de transición en favor de Joe Biden y su equipo de trabajo.

Es sin dudas una buena noticia, veintitantos días de incertidumbre resultan tiempo más que suficiente para percatarse de que las cosas literalmente no iban por buen camino y podían desembocar en acontecimientos tristes, lamentables.

Mientras por un lado se hacían demandas, se exigían recuentos, el mandatario electo formaba su equipo de trabajo, con personas que no tienen renombre pero sí experiencia, y ojalá ‘conduzcan la nave a buen puerto’ en medio de momentos tan complejos, en extremo difíciles. Se trata de un grupo en que aparecen afroamericanos, mujeres e hispanos en los que millones de personas depositan su confianza.

El nuevo equipo de trabajo ya adelantó sus prioridades: controlar la pandemia del Coronavirus; buscar respuesta a la crisis económica; atender los reclamos de justicia social, y la lucha contra el cambio climático.

Volviendo al panorama de las últimas semanas, la tensión, las redes ‘calientes’, comentarios de todo tipo... como botón de muestra las fricciones entre familiares y amigos, divididos por políticos que ellos ni siquiera conocen. Esa es una postura errónea.

Por si lo anterior fuera poco el Coronavirus avanza (con botas de siete leguas), suma a diario cifras alarmantes, cerca de 60 millones de personas han sido contagiadas, y pasan del millón los fallecidos en todo el mundo.

En Estados Unidos los contagiados por el virus alcanzan casi los 13 millones, con alrededor de 260 mil fallecidos.

Nevada, por supuesto, no es ajeno a todo esto, números en ascenso obligan a adoptar medidas enérgicas, radicales, ahí están los 137 mil enfermos y las más de dos mil personas a quienes sus familiares ni siquiera pudieron despedir. Es triste, y no hay otra salida que trabajar comprometidos, que cada nevadense haga lo que corresponde, cumpla su deber, y claro, poner en práctica las indicaciones sanitarias. Quien se protege y cuida, protege y cuida también a sus familiares, a sus amigos, a sus vecinos, a sus compañeros de labor...

¿Cuánto cuesta usar de manera correcta las mascarillas, o lavarse las manos con frecuencia, respetar o guardar el llamado distanciamiento social, salir de casa sólo a gestiones imprescindibles? Realmente poco, muy poco, entonces urge actuar de manera responsable, disciplinada, convencidos de que el enfrentamiento contra el Coronavirus se gana con el concurso de todos.

¿Qué sentido tiene que varios países, científicos de todas partes se esmeren, trabajen de manera denodada por lograr la vacuna contra el Covid 19, si la indisciplina y la irresponsabilidad, la negligencia, llevan la voz cantante? Ante los indolentes no queda más que dictar medidas y velar porque se cumplan.

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