Editorial: Respetar no cuesta nada

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Educación y nivel cultural son dos cosas muy distintas. Es más, suelen estar reñidas con bastante frecuencia. ¿Con cuántos profesionales, por ejemplo, se tropieza usted que ni siquiera responden el saludo? No hacen más que mostrar la educación que aprendieron en casa.

Saludar, dar las gracias, decir por favor, despedirse, generalmente son muestras inequívocas de la enseñanza de los padres, de unos buenos patrones de conducta.

Educación y nivel educacional o cultural, forman parte de las personas, son dos aspectos de esos que acompañan a todas partes, que retratan de cuerpo entero.

El nivel educativo se relaciona más bien con diplomas, grados escolares vencidos, grado académico, mientras la educación, bueno, ya usted sabe que la educacion es otra cosa, para decirlo de alguna forma... es de lo que se bebe en casa y está íntimamente ligada con el respeto hacia los semejantes o el prójimo.

Llegar a un lugar y no saludar, o no responder el saludo es un acto de grosería tan grande como una casa. Si es usted el que llega y no le responden el saludo, ni se altere -no hay motivos-, acaba de presentarse ante una persona grosera, que denota la poca educación recibida en casa, lo que aprendió.

Lamentablemente ese tipo de personas abunda, se encuentran casi a cada paso. Deberían aprender de un tirón que el más educado saluda primero

Pero las groserías no se limitan a hablar en mala forma, no responder o hacerlo de mala gana; al parecer hay personas que consideran que saludar o responder el saludo les resta, las rebaja. Todo lo contrario. La educación y la amabilidad por delante. ¡Y no cuestan nada!

Pero la vulgaridad y las groserías no se limitan a este o aquel lugar, ese tipo de persona no se conforma con ser así en su casa, tratar a la esposa (o) y a los hijos como si fueran -literalmente- un trapo, sin la menor delicadeza o consideración.

Noooo, les gusta hacer gala de su pobre o ninguna educación, de sus groserías e irrespeto al conducir, se pasan de un carril a otro sin usar las direccionales, sencillamente quien viene detrás no merece respeto, o por si fuera poco, le tiran casi encima su ‘trokota’. Son dignos de lástima, sin embargo hay que ponerles coto para que no se sigan multiplicando.

¿Y en los mercados? Quieren ser siempre los primeros, no reparan en quienes están en la línea, son los más apurados, los que hablan más alto... sin dudas el comportamiento de una persona muestra su educación.

Usted puede no haber terminado la enseñanza primaria, apenas haber ido a la escuela, pero escuchó, vio siempre a sus padres respetar a todos, ¡eso fue lo que aprendió! Y que bueno. No pierda tiempo, enséñele también a sus hijos. Muestre donde quiera que vaya de donde viene.

 

Recuerdan aquello de ‘pobre pero honrado’, o ‘pobre pero limpio’, entonces tenga bien presente que se puede ser pobre pero educado. La educación no va de la mano del dinero. La educación, para que se entienda, es lo que no conocen quienes se creen superiores, quienes miran a los demás desde su nube, por encima del hombro, sin reparar en que tienen mucho de coprofagos.

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