Editorial: Redoblar la disciplina... es lo primero

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Los números suelen ser fríos, al menos cuando tienen que ver, por ejemplo, con el deporte, sin embargo en lo concerniente al Coronavirus, el panorama, la situación se torna estremecedora, y no puede ser de otra forma cuando la enfermedad ha arrancado la vida a centenares de nevadenses.

Desde marzo a la fecha muchas cosas han cambiado, es más, no resulta descabellado apuntar que tal vez nada será igual, hasta los hábitos de vida se ven impactados.

Cada decisión, cada medida relacionada con esta pandemia debe ser adoptada con ‘cabeza fría’, desde el primer día muchas personas tuvieron idea de la magnitud del problema, otras se mostraron escépticas, sin embargo la realidad fue -es- un golpe demoledor.

Riesgos, contagios, personas hospitalizadas, pruebas, instalaciones hospitalarias que corren el riesgo de colapsar, una cifra de fallecidos que dolorosamente crece sin dar tiempo a los familiares, a las amistades a despedirse. Es demasiado cruel.

Y mientras la enfermedad causa estragos, afecta aquí y allá, deja la economía tambaleante, se suscitan muchas opiniones, los expertos esgrimen sus consideraciones, otras personas dan a conocer sus criterios (con base o sin ella), algo está claro, es preciso adoptar medidas, sin dilación.

Lamentablemente aun la humanidad no dispone de una vacuna, de un medicamento que permita poner a salvo a la gente, preservar vidas, encarar la enfermedad con la misma enteresa y seguridad que a otras patologías.

Nadie se siente contento o satisfecho al indicar que es preciso estar en casa, al poner a descansar a miles de trabajadores, cerrar escuelas, al decretar Fase 1 o Fase 2, menos aun si pese a todo el esfuerzo los números de afectados son cada vez mayores.

La solución, al menos por el momento, para evitar que la enfermedad se propague, que aumente la cifra de contagiados, pasa por la conciencia de la gente, por su grado de responsabilidad, de la disciplina que es capaz de asumir para respetar las indicaciones y con ello preservar su vida, la de sus familiares, vecinos, amigos, compañeros de trabajo.

Quien acuda a un negocio, a un lugar público, sin mascarilla, no respete el distanciamiento social, es exactamente eso, un irresponsable, una persona que si no valora su vida, no le interesa en lo más mínimo, al menos debe tener conciencia, saber que no tiene derecho a poner en riesgo a los demás.

No cuesta absolutamente nada lavarse las manos con frecuencia, desinfectar, usar el cubreboca, guantes si la situación lo requiere, guardar la distancia, sencillamente porque es mucho lo que está en juego... la vida, la salud, es lo primero.

Las indicaciones de las autoridades locales y del personal sanitario van dirigidas a evitar que se propague la pandemia, que ésta cobre más vidas, la aspiración es que el luto no se apodere de más viviendas en Nevada, poner a un lado la tristeza, que los trabajadores puedan volver a sus puestos, sin riesgos de enfermarse.

 

Entonces no hay otra opción, es preciso hacer valer la conciencia, la disciplina, un alto grado de responsabilidad... cualquier otra cosa es sencillamente inadmisible.

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