Editorial: Que la solidaridad sea siempre una premisa

Ser solidarios es lo que viste de largo al ser humano. Dicha así, la frase parece traída por los pelos, sin embargo, vale significar que el 31 de agosto de cada año se celebra el Día Internacional de la Solidaridad. La fecha se aceptó en honor al movimiento social polaco Solidaridad.

El propósito de este día no ha variado mucho desde que se fundara el partido sindical. En realidad, se basa en un principio básico que es el de la ayuda mutua o el ser solidarios con los otros.

Claro que muy bien el ‘Día Internacional de la Solidaridad’ puede relacionarse con el vínculo entre las naciones, la necesidad de que los países se tiendan la mano, sin embargo...

Solo en la medida en que todos los hombres y mujeres trabajen por una causa común, esa que proporciona el mayor bienestar, se podrá vivir (convivir) en un mundo más pacífico, próspero para cada pueblo o individuo.

Para celebrar este día, primero hay que ser conscientes de cuáles son las verdaderas necesidades de nuestra comunidad, ciudad o país.

Se puede ser solidario de muchas maneras: cuando se da de comer a las personas más desfavorecidos.

También cuando se recolectar ropa para los menesterosos, se ponen en práctica actividades de recreación y esparcimiento en zonas públicas, se ayuda a los niños y las personas de la tercera edad de la zona en que se vive, se materializan jornadas de salud gratuitas...

Sin dudas celebrar este día es bastante sencillo, basta con interesarse un poco en las personas del entorno y de una forma u otra considerar opciones, actividades que brinden o reporten solución a sus necesidades más básicas.

No tienen que ocurrir desastres naturales para que aflore la solidaridad entre la gente. El escritor Eduardo Galeano , apuntó: “Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo”.

Por su parte Homero, el hombre de la Iliada y la Odisea, apuntó: “Llevadera es la labor cuando muchos comparten la fatiga”.

Cuando alguien tiene una iniciativa, forma un grupo, quiere poner en práctica ideas que favorecen a la comunidad, a un vecino, a gente con inquietudes, entonces resulta relevante juntarse, hay que unirse, no para estar juntos, sino para hacer algo juntos, algo que funcione, impulse la cultura, la educación, producción, el bienestar para la comunidad,  propicie que aflore el talento, el deseo de hacer.

En honor a la verdad, el hombre -y la mujer- nunca están tan solos como piensan, siempre hay ángeles que los acompañan, reportan alivio, hacen que el camino sea más llevadero, y eso es SOLIDARIDAD.

Dicho de otra manera, ser solidario (s) no es tener compasión, es, por encima de todo, un acto de amor. Ese sentimiento de solidaridad, de tender la mano cuando es preciso, ayudar, aportar, sentir como propio el problema de otro, engrandece.

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